13 marzo, 2011

La danza que se hace aquí

Expresiones Neoclásicas es el nombre con el cual se ofrece un espacio –de tiempo y lugar- para que nuevos coreógrafos dentro del estilo neoclásico tengan la oportunidad de mostrar sus propuestas. Un proyecto similar al Festival de Jóvenes Coreógrafos el cual con más de dos décadas de existencia ha impulsado la labor coreográfica de la danza contemporánea en Venezuela. Desde el 2010 Carlos Paolillo, incansable promotor de la danza venezolana y creador de Jóvenes Coreógrafos, tuvo la iniciativa de concebir Expresiones Neoclásicas, a fin de dar cabida al talento novedoso de coreógrafos neoclásicos.

Pude apreciar desde el lado de las butacas la labor que mis colegas y algunos amigos realizan desde la concepción de una idea o emoción, pasando por la traducción de la misma en movimientos y finalizando en la interpretación transmitida por el, la o los bailarines.

Desde mi asiento, en mi perspectiva de público filtrada por mi visión de bailarina, me dejé sorprender por los trabajos propuestos. Puntas y no puntas, pies descalzos, flores, brillo, vestidos, cuerpos semidesnudos, jeans, medias rosadas, sensualidad, pasión, ira, tribalismo, espiritualidad, rock, videos, clasicismo, riesgos, entusiasmo, vitalidad… esto y más pude notar sobre el escenario de la sala Ana Julia Rojas de Unearte.

Fue agradable apreciar el trabajo coreográfico de quienes laboran conmigo día a día, además de la energía emanada por otros compañeros quienes demostraron sobre el escenario lo que aquellos deseaban exponer.

Trato de ser objetiva al momento de opinar sobre algo, pero algunas veces pareciera que la subjetividad sencillamente traiciona, a fin de cuentas, la objetividad pura no existe. Aclaro esto pues me complació darme cuenta que los trabajos que más llamaron mi atención fueron los realizados por bailarines de mi compañía, así de simple, de grato y sin subjetividades.

Propuestas que se notan profesionales, cada una con estilos propios, y quizá aun en la búsqueda de una identidad que exploran con éxito paulatino. Riesgos que se toman, energía que desbordan, emociones que se transmiten, ideas danzadas y los aplausos más intensos.

Me llena de orgullo observar el buen trabajo que hacen los que mueven la danza en el país, las ganas con las que se generan nuevos esquemas y la calidad de bailarines que tenemos. Así mismo, excelentes bailarines cada cual en su estilo, en su compañía, en su modo de trabajo, pero siempre con resultados más allá de lo satisfactorio, dejando en evidencia el amor por la creación, por el escenario, por el movimiento, por la danza…

Orgullosa de ser parte de un grupo minoritario que posee un talento que explotamos diariamente al máximo, con el corazón pleno y sin miedos a pesar de los contratiempos, de la escasez de apoyo, de los bajos sueldos, del desgaste físico y de los prejuicios. Orgullosa de ver las nuevas visiones de danza de mis compañeros, llena de energía y con inmensas ganas de bailar, así salí de la sala.

paz.-