26 diciembre, 2009

Resolución para el 2010: VOLAR

Parece que cada artista tiene su rito, mantra o amuleto que invoca o utiliza antes de salir a escena. Unos se estiran de cierta manera, otros no hablan, algunos hablan de más, hay quienes utilizan cintas rojas y piedras contra el mal augurio, y también están los que no hacen nada de esas cosas.
Yo tengo varias: incienso en el camerino, chocolate oscuro y algo que escribo para mi, para darme ese extra de confianza que necesito para salir a bailar. No siempre es lo mismo y generalmente no lo busco, sino que llega a mi, solito, dependiendo del momento que viva.
Para esta última temporada me llegó -y de un lindo modo- lo que me mantuvo segura, feliz y especial, y ahora lo pretendo mantener como un propósito de vida, como una forma de ser.
Eso es: volar.
Porque volando se vive, se crece, se es feliz.
Porque volar es la manera de brillar, tocando el escenario, el mundo y las estrellas todo a la vez.
Porque volando, se llega a donde se quiere, se logra lo que se quiere.
Justo cuando pensaba esto, llegó alguien quien por ninguna razón me regaló unos zarcillos en forma de papagayos. Mi sorpresa fue el haberlos recibido de esa persona, pero mi mayor sorpresa fue cuando me dijo: "son para que puedas volar". Ella no supo lo que me decía, yo si.
A partir del 2010 lo que haré es volar!


He aquí lo que me mandó el universo desde "El lado oscuro del corazón":
"Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo, un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportar una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias. Pero eso sí, y en esto soy irreductible, no les permito bajo ningún pretexto que no sepan volar. Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo"

paz..!

19 diciembre, 2009

nadie me quita lo baila'o!

Este es uno de esos momentos en los que el cuerpo me pide "duerme, por favor, descansa" y no hay manera que lo pueda hacer. Yo le explico que lo intento pero que no hallo el modo. Además, la voluntariosa de mi mente me suplica descaradamente que escriba algo a ver si lo que le molesta logra sacarlo de allí adentro y ella así pueda descansar también. A ella también le explico, que la mayoría de las veces ni escribir funciona como método.
Una confluencia de sentimientos antagónicos me tiene sin poder lograr el descanso que mis piernas necesitan para renovar energías y completar mañana las 12 funciones del Casca.
Quedan dos, y no puedo negar ni esconder lo especial que es bailar y escuchar a diario la majestuosidad que hizo Tchaikovsky en sus partituras para lograr semejante música. Cada día pareciera que surgen nuevas notas, distingo diferente instrumentos, descubro nuevas melodías, y con ello, nuevos sentimientos, nuevos secretos, nuevas imágenes.
Mañana danzaré las dos útimas funciones del 2009 y debo confesar que aunque sigo escuchando al cuerpo que casi a gritos me ruega descanso, desearía esto se extendiera más para seguir viviendo esas experiencias que hacen de cada función diferente.
Este año, Cascanueces me trajo recuerdos de esos con los cuales se sonríe complacida, y se afanó en crear otros nuevos con los cuales también sonrío complacida. Pero los recuerdos quedan en el espíritu y menos mal, porque esos me los quedo yo y no hay nadie que me los quite!
Lo dije cuando terminé mi última función de Clarita (por este año): "a mi nadie me quita lo baila'o!" ....ni lo vivido!

paz.-

13 diciembre, 2009

(*)

No me di cuenta cuando dejé de buscarte en cada color que pinta el brillo del sol.
No me fijé en el momento en el que ya no te percibía la montaña.
Estuve tantas veces divagando en pensamientos que se desvaneció la razón de mis andanzas. Olía tu piel, rememoraba tu andar, recorría tus miradas, pero se me perdieron y no se donde están.
No se trata de olvidos sino del descanso de hurgar entre los surcos de mi rutina el posible escozor de tu presencia.
(Quizá sea) mejor así... ya no irrumpe tanto en mis sentidos lo que incomoda tu ausencia.
Dejé de paso el camino a ver como es que la vida viene y va.
Y sin ti, siempre viene. Sin ti, siempre va.

Y nos quedan ocho!

Falta de tiempo, energías y ocurrencias lejanas a la web y cercanas a la vida... eso me ha mantenido apartada de mis siluetas.
Mañana empieza la última y la que considero mejor semana del año: la última semana de funciones de Cascanueces.
Qué bueno que todavía no me llega la nostalgia de fin de temporada, esa seguro viene después. En el presente se encuentran todas las emociones y preparaciones que implican estas últimas funciones de un ballet que me llena de entusiasmo y orgullo.
Me estrené con la danza española y disfruto tanto esta variación que nunca sentí ni un trazo de nervios, ni un mínimo de duda. Yo sola, con toda la picardía y el "salero" que este rol implica acompañada de cuatro toreros que con sus capas giran a mi alrededor.
Sí, es otra cosa, y eso disfruto del Cascanueces, que cada día puedo ser un personaje diferente: unas veces esta atrevida andaluza, otras una coqueta "merlitona", en otros tantos una muñeca que se mueve con cuerda y en la mejor ocasión, una niña ilusionada con su soldado de madera.
Sin embargo, ser parte del cuerpo de baile de la escena de las nieves es casi mágico, tanto para el público como para quienes allí intentamos transmitir ese "encanto". Bailar en conjunto con otras 15 mujeres es complejo pues significa realizar correctamente cada paso de acuerdo con la coreografía, ubicándonos en el espacio que corresponde, interpretado con suavidad y gracia, todo a la vez que nos mantenemos en un movimiento unísono, como un solo cuerpo. Desde que lo bailé por primera vez, me enamoré de esta coreografía, la cual como cuerpo de baile es difícil pero hermosa; es un reto y a veces una agonía, pero siempre, siempre se sale contenta.
Bailar como solista es placentero, a veces orgásmico, pero estar dentro del corp de ballet otorga la satisfacción de un trabajo en equipo bien logrado. El trabajo de una en pro de todas es lo que la audiencia valora y lo que nos llena como bailarinas.
Empieza esta semana.
Yo lista, preparada y con todas las ganas de ser todos los personajes que el escenario me propone.

paz.-

04 diciembre, 2009

Lasitud

Involucrada en su recuerdo, sola estaba una vez más.
Desnuda, despojada, alejada.
Como siempre quiso o creyó querer.
Una línea húmeda y convexa dividía su mejilla derecha, mientras intentaba con angustia que no se le humedeciera la izquierda.
Contaba los días, las horas y los minutos en un intento de olvidar, pues siempre los números la distraían, pero sabía desde su inconsciente que aquella actividad le perturbaba su tranquilidad.
Quizá era una forma de autosabotaje; no era la única mujer en el mundo que lo hacía.
El tango que escuchó esa noche le dio la excusa de recordar, la lluvia que empezaba a cubrir la ciudad le dio el permiso de reprocharse el "¿por qué yo?" de las mentes débiles.
Se permitió sentir frágil, mustia, absorta en sus confusas emociones. Y se dejó ahogar en la nostalgia, la desesperanza y su deseada soledad.
Por un momento, se alejó de su seguridad y sus ganas de seguir para dejarse vencer por el cansancio que a otros derrota. En ese estado volvió a la realidad que deseaba, en la cual la pena no vence y se infiltra el sosiego en cada átomo, en cada célula.
Allí quiso percibir la sensación y mantenerla.
Allí no pudo recordar nada.