26 diciembre, 2009

Resolución para el 2010: VOLAR

Parece que cada artista tiene su rito, mantra o amuleto que invoca o utiliza antes de salir a escena. Unos se estiran de cierta manera, otros no hablan, algunos hablan de más, hay quienes utilizan cintas rojas y piedras contra el mal augurio, y también están los que no hacen nada de esas cosas.
Yo tengo varias: incienso en el camerino, chocolate oscuro y algo que escribo para mi, para darme ese extra de confianza que necesito para salir a bailar. No siempre es lo mismo y generalmente no lo busco, sino que llega a mi, solito, dependiendo del momento que viva.
Para esta última temporada me llegó -y de un lindo modo- lo que me mantuvo segura, feliz y especial, y ahora lo pretendo mantener como un propósito de vida, como una forma de ser.
Eso es: volar.
Porque volando se vive, se crece, se es feliz.
Porque volar es la manera de brillar, tocando el escenario, el mundo y las estrellas todo a la vez.
Porque volando, se llega a donde se quiere, se logra lo que se quiere.
Justo cuando pensaba esto, llegó alguien quien por ninguna razón me regaló unos zarcillos en forma de papagayos. Mi sorpresa fue el haberlos recibido de esa persona, pero mi mayor sorpresa fue cuando me dijo: "son para que puedas volar". Ella no supo lo que me decía, yo si.
A partir del 2010 lo que haré es volar!


He aquí lo que me mandó el universo desde "El lado oscuro del corazón":
"Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo, un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportar una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias. Pero eso sí, y en esto soy irreductible, no les permito bajo ningún pretexto que no sepan volar. Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo"

paz..!

19 diciembre, 2009

nadie me quita lo baila'o!

Este es uno de esos momentos en los que el cuerpo me pide "duerme, por favor, descansa" y no hay manera que lo pueda hacer. Yo le explico que lo intento pero que no hallo el modo. Además, la voluntariosa de mi mente me suplica descaradamente que escriba algo a ver si lo que le molesta logra sacarlo de allí adentro y ella así pueda descansar también. A ella también le explico, que la mayoría de las veces ni escribir funciona como método.
Una confluencia de sentimientos antagónicos me tiene sin poder lograr el descanso que mis piernas necesitan para renovar energías y completar mañana las 12 funciones del Casca.
Quedan dos, y no puedo negar ni esconder lo especial que es bailar y escuchar a diario la majestuosidad que hizo Tchaikovsky en sus partituras para lograr semejante música. Cada día pareciera que surgen nuevas notas, distingo diferente instrumentos, descubro nuevas melodías, y con ello, nuevos sentimientos, nuevos secretos, nuevas imágenes.
Mañana danzaré las dos útimas funciones del 2009 y debo confesar que aunque sigo escuchando al cuerpo que casi a gritos me ruega descanso, desearía esto se extendiera más para seguir viviendo esas experiencias que hacen de cada función diferente.
Este año, Cascanueces me trajo recuerdos de esos con los cuales se sonríe complacida, y se afanó en crear otros nuevos con los cuales también sonrío complacida. Pero los recuerdos quedan en el espíritu y menos mal, porque esos me los quedo yo y no hay nadie que me los quite!
Lo dije cuando terminé mi última función de Clarita (por este año): "a mi nadie me quita lo baila'o!" ....ni lo vivido!

paz.-

13 diciembre, 2009

(*)

No me di cuenta cuando dejé de buscarte en cada color que pinta el brillo del sol.
No me fijé en el momento en el que ya no te percibía la montaña.
Estuve tantas veces divagando en pensamientos que se desvaneció la razón de mis andanzas. Olía tu piel, rememoraba tu andar, recorría tus miradas, pero se me perdieron y no se donde están.
No se trata de olvidos sino del descanso de hurgar entre los surcos de mi rutina el posible escozor de tu presencia.
(Quizá sea) mejor así... ya no irrumpe tanto en mis sentidos lo que incomoda tu ausencia.
Dejé de paso el camino a ver como es que la vida viene y va.
Y sin ti, siempre viene. Sin ti, siempre va.

Y nos quedan ocho!

Falta de tiempo, energías y ocurrencias lejanas a la web y cercanas a la vida... eso me ha mantenido apartada de mis siluetas.
Mañana empieza la última y la que considero mejor semana del año: la última semana de funciones de Cascanueces.
Qué bueno que todavía no me llega la nostalgia de fin de temporada, esa seguro viene después. En el presente se encuentran todas las emociones y preparaciones que implican estas últimas funciones de un ballet que me llena de entusiasmo y orgullo.
Me estrené con la danza española y disfruto tanto esta variación que nunca sentí ni un trazo de nervios, ni un mínimo de duda. Yo sola, con toda la picardía y el "salero" que este rol implica acompañada de cuatro toreros que con sus capas giran a mi alrededor.
Sí, es otra cosa, y eso disfruto del Cascanueces, que cada día puedo ser un personaje diferente: unas veces esta atrevida andaluza, otras una coqueta "merlitona", en otros tantos una muñeca que se mueve con cuerda y en la mejor ocasión, una niña ilusionada con su soldado de madera.
Sin embargo, ser parte del cuerpo de baile de la escena de las nieves es casi mágico, tanto para el público como para quienes allí intentamos transmitir ese "encanto". Bailar en conjunto con otras 15 mujeres es complejo pues significa realizar correctamente cada paso de acuerdo con la coreografía, ubicándonos en el espacio que corresponde, interpretado con suavidad y gracia, todo a la vez que nos mantenemos en un movimiento unísono, como un solo cuerpo. Desde que lo bailé por primera vez, me enamoré de esta coreografía, la cual como cuerpo de baile es difícil pero hermosa; es un reto y a veces una agonía, pero siempre, siempre se sale contenta.
Bailar como solista es placentero, a veces orgásmico, pero estar dentro del corp de ballet otorga la satisfacción de un trabajo en equipo bien logrado. El trabajo de una en pro de todas es lo que la audiencia valora y lo que nos llena como bailarinas.
Empieza esta semana.
Yo lista, preparada y con todas las ganas de ser todos los personajes que el escenario me propone.

paz.-

04 diciembre, 2009

Lasitud

Involucrada en su recuerdo, sola estaba una vez más.
Desnuda, despojada, alejada.
Como siempre quiso o creyó querer.
Una línea húmeda y convexa dividía su mejilla derecha, mientras intentaba con angustia que no se le humedeciera la izquierda.
Contaba los días, las horas y los minutos en un intento de olvidar, pues siempre los números la distraían, pero sabía desde su inconsciente que aquella actividad le perturbaba su tranquilidad.
Quizá era una forma de autosabotaje; no era la única mujer en el mundo que lo hacía.
El tango que escuchó esa noche le dio la excusa de recordar, la lluvia que empezaba a cubrir la ciudad le dio el permiso de reprocharse el "¿por qué yo?" de las mentes débiles.
Se permitió sentir frágil, mustia, absorta en sus confusas emociones. Y se dejó ahogar en la nostalgia, la desesperanza y su deseada soledad.
Por un momento, se alejó de su seguridad y sus ganas de seguir para dejarse vencer por el cansancio que a otros derrota. En ese estado volvió a la realidad que deseaba, en la cual la pena no vence y se infiltra el sosiego en cada átomo, en cada célula.
Allí quiso percibir la sensación y mantenerla.
Allí no pudo recordar nada.

18 noviembre, 2009

Y empezó Cascanueces

Llegó diciembre. Cierto, aun no según el calendario, pero ya el año casi acaba, y eso quiere decir que llegó diciembre. Para mi, eso es: Llegó Cascanueces!
Para la mayoría significa utilidades, regalos, compras, viajes, la familia, fiestas. Para mi, significa trabajo y más trabajo.

Luego de regresar del sur, iniciaron los ensayos del "Casca", y de verdad resulta gratificante bailar este ballet, incluso desde los ensayos. Para todos quienes participamos en esta obra es un honor cerrar el año con tal broche de oro que nos alegra de principio a fin.
La fiesta, la batalla, el reino de los dulces, la música! ....todo es un deleite pleno, un reto, un orgullo, una conjunción de emociones que danzamos en el escenario siempre a casa llena.
Este año seré Clara, la misma que interpreté por primera vez el año pasado y cuán feliz me hace poder indagar de nuevo en el espíritu de esa niña soñadora que empieza a vivir.
Satisfecha de descubrir nuevas cosas en ella y sobre todo en mi, empiezo a hurgar una vez más en sus sentimientos y en cómo madurar el mismo personaje un año después, siendo ingenua, juguetona, soñadora.
Parece fácil ser niño, pero resulta todo lo contrario, pues cuando nos volvemos adultos olvidamos lo delicioso de tener esa edad infantil en la que los problemas son, por ejemplo, recibir el ultima regalo de la fiesta. Yo tengo ese placer nuevamente a través de Clarita, así que la exploro y la dejo que haga de mi, la niña que una vez fui.

paz.-

11 noviembre, 2009

Desde adentro del Solís



Fui al sur y vine. Estoy como repetitiva, pero es que hoy me di cuenta que Montevideo no pasó por este blog. Solo Galeano... mmm... uff si, menos mal.

Pero no se puede obviar que yo: bailé en el Teatro Solís de Montevideo.

Hermoso, sí hermoso. Mágico, sí, todos lo son. Cada uno con su encanto, con su historia, con sus recovecos por descubrir, sus puertas que reúnen secretos, sus espejos que acumulan reflejos, sus tablones que guardan y proyectan música hecha con astillas...
Estar en pleno escenario siempre es una sensación de esas que no puedes decir exactamente qué es porque además cada uno tiene un no-se-qué, y el Solís tuvo su no-se-qué que me cautivó desde que lo conocí, justo en el momento en el cual técnicos de escenario colocaban los linóleos sobre el piso.

Allí bailé frente a un público desconocido, con toda la intención de sentir cada movimiento para que quedara por siempre en mi memoria corporal y no olvidarlo nunca.
A casa llena y de pie fuimos ovacionados. Y aquí se llenaba de nuevo este ego de artista, de esfuerzo retribuido, de plena autoconfianza, de un placer que no se puede comparar con algún otro. Porque de verdad, el placer de recibir aplausos en un teatro es sublime.

Sin embargo dos cosas puedo acotar. Aunque primero critiqué la inseguridad también puedo decir que en Venezuela hacemos las cosas bien; ahí están las orquestas y me pregunto, "¿por qué nosotros -bailarines- no?" .... La segunda es que también respiro el aire orgulloso de tener en mi día a día un teatro maravilloso!

....

(que por qué no se, pero entre todas, con esta aria me acuesto...
...cuando realmente no puedo dormir)

Una furtiva lagrima
negli occhi suoi spuntò:
Quelle festose giovani
invidiar sembrò.
Che più cercando io vò?
Che più cercando io vò?
M'ama! Sì, m'ama, lo vedo. Lo vedo.
Un solo istante i palpiti
del suo bel cor sentir!
I miei sospir, confondere
per poco a' suoi sospir!
I palpiti, i palpiti sentir,
confondere i miei coi suoi sospir...
Cielo! Si può morir!
Di più non chiedo, non chiedo.
Ah, cielo! Si può, Si può morir
Di più non chiedo, non chiedo.
Si può morir, Si può morir d'amor.

(claro que se por qué...porque es hermosa!)

09 noviembre, 2009

de.regreso

Ya son dos mañanas las que corren luego de haber regresado del sur. De un sur que me enorgullece como suramericana -valga la redundancia- pero que me obliga a pensar de nuevo en el por qué en mi país no pueden funcionar las cosas como deberían, o al menos a un nivel más óptimo.
La inseguridad es el tema número uno, y creo que es lo que uno menos extraña al salir allende nuestras fronteras. Se hace hasta raro andar en calles ajenas sintiendo un temor casi innato, cuando generalmente no es necesario, o si, pero no como estamos acostumbrados en esta ciudad en la que vivo.
Insisto en que no tolero cuando escucho frases como "este país no sirve" o "que mierda este país", porque realmente no es así. Que puede ser mejor sí, y me pregunto muchas veces qué es lo que hay que hacer para que funcione, para no tener que caminar asustada cuando voy a hacer mercado, para no tener que abrir rápido la reja de mi edificio evitando que allí me atraquen, para no despertar a media noche escuchando disparos, para no calcular horas, minutos y posición del sol a fin de que no me tome la noche sola en la calle. Y cuánto me entristece esto, sabiendo que disfruto en grandes cantidades caminar sola de noche la ciudad. Pero aquí definitivamente, no se puede.
¿Qué es lo que tenemos que hacer o hasta qué punto debemos tolerar esta manera de vivir?
Sí, Venezuela es hermosa, pero honestamente preferiría vivir con tranquilidad en otro lugar.
No me culpen, o cúlpenme si quieren, seguramente no estoy sola en esto.

03 noviembre, 2009

Tierra de grandes

Hace dos días estaba en una ciudad bastante impersonal llamada Rivera, la cual está compartida entre Brasil y Uruguay, gracias a la frontera que la divide. Una ciudad de compras, nada que me interese. Solo fueron dos días allí, lo suficiente para llegar, descansar del largo viaje, bailar una función -que resultó ser excelente- y alejarnos de allí para ir a Montevideo.
Ahora estoy en la capital uruguaya, en la ciudad de Eduardo Galeano y cómo quisiera contar más cosas pero entre el tiempo, el horario contado y el cansancio no he podido dedicarme a esto.
Ansiosa por llegar a esta ciudad me sucedió algo lindo.
En el camino entre Rivera y Montevideo -unas ocho horas de viaje- paró el bus en la carretera en un pequeño restaurant sin nada especial, en medio de una carretera larguísima, en medio de una larga jornada entre las pampas uruguayas, podría decirse que en medio de casi nada, o de lo mismo. Allí comimos lo suficiente para continuar el viaje hasta nuestro destino.
Al montarme de nuevo al bus le pregunté al conductor cómo se llamaba la zona.
"Esto es el Paso de los Toros".
Yo, perpleja me doy cuenta. Paso de los Toros.
El lugar que vió nacer a Mario Benedetti.
Lamenté no haberlo sabido antes. Montada en el bus y a través de la ventana, más adelante vi el pueblo de Benedetti con la satisfacción escasa de haberlo caminado un rato aunque sin saberlo, y con la nostalgia de haberme quedado un rato más. Una cuota de su inmensa energía que aun vibra en este mundo estaba allí, la de su origen. Fue lindo haberlo sabido y haberlo visto aunque sea de paso.
Qué satisfacción esta la de estar y bailar en la tierra de dos viejos de los GRANDES.

paz.-

29 octubre, 2009

Desde Salto...en Uruguay!

Y resulta que Carmen terminó de un bien, que quedamos todos contentos. Y más contentos aun porque al día siguiente nos fuimos de gira a Uruguay a seguir danzando la Carmen en Montevideo! Y aquí me encuentro yo en tierras sureñas, bailando y escribiendo de esta sabrosa experiencia de salir del país para bailar, pasear, bailar, conocer, bailar, vivir!
Desde el martes me encuentro en Salto a 500 kms de Montevideo. Hoy es la primera función aquí y me dedico a ser Soledad de nuevo. Esa Soledad que me llega al alma como si la entendiera, de nuevo...debe ser porque la entiendo...
Aquí la gente es noble, super amable y es bien gratificante caminar por estas calles y que la gente te vea con admiración y te pregunte "¿ustedes son los bailarines de Venezuela?"
Sí, si somos!
Es una responsabilidad, una gran satisfacción, un enorme placer y un no se qué, que aparte de llenar el ego, llena el espíritu, y el convencimiento de disfrutar la danza en cualquier parte del mundo.
Estaré escribiendo cuando pueda, mientras el horario me coincida con las ganas de alejarme sólo un rato de los vinos para acercarme a Belladona para escribir.
Salud!

23 octubre, 2009

Hoy se hacen tabacos

Hoy he amanecido con ánimo, que además fue mejorado al final de la mañana!
A pesar del agotamiento, la falta de horas de sueño, las zapatillas que aun no he pintado, los rollos que me toca hacerme en el cabello...!!
Pero hoy estrenamos Carmen, y siempre siempre, montarme en escena es la mejor sensación.
Amén de vivir por lo que hago y gozármelo casi con avaricia y lujuria.
Me voy a ser una tabacalera, medio gitana, medio putona, un tanto sensual y un tanto ordinaria.
No, no tengo personalidad múltiple...o bueno si, en el teatro.
:)
Au revoir!

paz.-

21 octubre, 2009

Preparando la escena

Las semanas de ensayos en escenario siempre son agotadoras. El espacio es enorme y cuadrar en él la misma coreografía que hace meses se viene trabajando en una sala no es trabajo fácil. A veces decimos que "el escenario te come", y parece cierto. Hacemos las mismas piruetas, los mismos saltos, el mismo dibujo coreográfico pero allá arriba es "otra cosa".
Otro factor importante: la música.
Ensayar con la orquesta -aparte de ser un privilegio- es un esfuerzo en común de lograr que el tempo de la orquesta sea el mismo al de la pista con la cual por meses fue ensayado, y en el caso que no se logre, entonces se ajuste nuesto cuerpo a lo que se escucha como "nuevo".
A todo esto se le suma la escenografía: entradas y salidas por donde permitan los elementos que juegan papel importante en la escena, piezas de utilería que en la sala H imaginamos, aquí los tenemos reales y con ellos creamos historias, personajes, acciones, pleitos, seducciones en pleno escenario para hacer del cuento -en este caso el de Carmen- una realidad.
Es una agotodora semana por el cambio de horario, y la conjunción de factores que surgen en escenario, pero nuevamente me doy cuenta que lo que hago todos los días y es mi trabajo, es también un privilegio y una gran satisfacción.

11 octubre, 2009

Zingarella de Traviata

Desde que leí La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas, me enamoré de La Traviata. No soy bien conocedora de ópera, pero la disfruto muchísimo, y al menos puedo reconocer si esta bien, eso es, cuándo me llega y cuándo no -subjetividad al fin-.
Este fin de semana interpreto una zingarella (y sigo con el personaje) que baila alegremente en la fiesta de casa de Flora. Esta escena es la más alegre de toda la ópera: entramos las gitanas y los toreros a entretener el banquete. Pero en la historia, cuando llega Violeta y se encuentra a su forzosamente abandonado Alfredo, el clima cambia abruptamente en una melancolía por la humillación que Alfredo le causa a ella debido a la ruptura, desconociendo el sacrificio que Violeta ha hecho por amor.
No quiero explicar aquí la historia, para eso está internet.
Sin embargo, cuando la música cambia, y toda la alegría festiva se transforma en pesadumbre, viene a mi en pleno escenario, una nostalgia que aun despues de un año de conocer la ópera y bailar en ella, desconozco de dónde proviene.
Quizá sea porque Verdi es ciertamente pleno al pigmentar con notas musicales las emociones de la obra, o porque siento real la angustia que vive Violeta, o tal vez porque simplemente dejo que el momento me llene de nostalgia, pues el escuchar y sentir aquello en pleno escenario es único... y realmente sabroso! :)
Considero la obra de Dumas, un elogio al amor, más que Romeo y Julieta -como comunmente se dice- y para mi, esta ópera es un hermoso homenaje a dicha obra literaria. Ambos finales son diferentes, pero si bien lo supo decir Dumas con palabras, Verdi lo enalteció con la música.
¿Cómo no disfrutar tal sublimación de una historia de amor?

paz.-

09 octubre, 2009

Carmen...la que baila

Se acerca Carmen, pero no la que contaba 16 años. Esa no.
Sino la basada en la historia de Merimée y la música de Bizet. Esa Carmen que en esta oportunidad, de ópera se convierte en ballet para mostrar una historia de apasionamiento, amor, desamor, encanto, desencanto, deseo, fortaleza, seducción, libertad, muerte... Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Ahora recuerdo que los bailarines de estilo contemporáneo, nos critican muchísimo a los que danzamos clásico porque las historias de ballet están "pasadas de moda".
Pasadas de moda.
-Entonces será que Beethoven, Da Vinci y Dumas también deben estar pasados de moda-
Cuando se estrenó la ópera en 1875, fue un total escándalo y un gran fracaso. Hoy día es una de las más famosas del mundo. ¡Y cuánto de amor y desamor no tenemos en pleno siglo XXI!
Pero lo que yo hago no es ópera, es ballet, y narrar la atmósfera de esta historia con el cuerpo es todo un reto histriónico. Aquí dejo de ser una "delicada bailarina" (¿pasada de moda?) para ser una gitana, tabacalera, escandalosa, libre de espíritu que no se prende de nada ni nadie. Disfruto mucho este papel. Debe ser por la cuota de "zíngara" que siempre he tenido dentro.
Habré sido una de ellas en alguna vida pasada. ¿Quién sabe?

05 octubre, 2009

Abstinencia

A veces te prefiero ausente, sin la ilusión de tu mirada, sin la sensación de tu llegada, sin el olor que percibo detrás de tu oreja. Sin el frío de mis pies.
A ratos te prefiero silente, sin el orgullo de tu filosofía, sin el rastro del aire que respiras, sin las palabras que no dices. Sin mi agotada sapiencia.
Y sigo y te prefiero omitido, como un recuerdo vano, como el camino no recorrido, como la decisión prescindida.
En ocasiones te prefiero lejano, sin la ansiedad de tu presencia, sin la seguridad que emanas, sin tu traslúcida coraza.
En mi pensamiento, te callo y te escondo.
A veces, sólo a veces, deseo obviarte, postergarte.
Y reservarme la evocación de tus manos en mi cintura.
Y alejar el deseo de pintarte sonrisas. Y olvidar el ruido de mi cama oxidada.
Pero hoy no quiero.
Hoy simplemente me abstengo de ti.

28 septiembre, 2009

Respirando otros aires

A mí me gusta Caracas. Muchos me miran con cara de "que le pasa a esta?".Pero a mí me gusta. Cierto es, y no lo niego e incluso a ratos me quejo, que esta ciudad huele mal, esta contaminada, atestada de gente y tráfico, es peligrosa, se convive con la inseguridad e incluso con un miedo que se convierte en rutinario. Sin embargo con todo y eso me gusta, porque también tiene colores, sabores, estilos y todos en plural.
Pero sobre todo tiene el Ávila: la montaña que cobija esta ciudad como diciéndole constantemente que a pesar de lo que suceda por aquí abajo, todo va a estar bien.
Hoy conocí uno de losmuchos refugios que le ofrece el Ávila a Caracas: el Parque Los Chorros.
No sabía que existía semejante rinconcito natural sino hasta hace algunos días.
-espero me sea perdonado por no haber crecido en esta capital y destáquese que quedé extasiada-

Una estación de metro y menos de 5 minutos en camionetita me dejaron en la entrada del parque.
Caminar es un agrado, respirar un alivio, observar un placer.
Disfruté estar allí permitiendo que vientos y sonidos me invadieran en pro de alejar los ruidos y el hastío cotidianos. Aproveché de llevarme a Catrina -mi poco comprendida reflex- y dejé que mis ojos buscaran una vez más esas formas y composiciones que vienen a mí cuando me permito introducirme en el papel de fotógrafa amateur por el simple placer de disfrutarlo.

Sentí las heladas aguas del río hasta mis rodillas conversando con ellas y su energía para que obraran a favor de mis tobillos y el osTRIgoNUM. Me dejé seducir por una de las cascadas y por un tiempo, que no me molesté en medir, lo único que escuché fue su sonido constante de vértigo.

"Es TRANSMUTATIVO!" dijo A, cuando ya ambas salíamos de nuestros propios trances, pues era hora de partir. Ella no supo por qué le salió la palabra, pero como si algo se lo dijo, eso mismo es: transmutativo. ....y sin salir de la ciudad.
Una vez más, Caracas me da una razón para defenderla.


paz.-

21 septiembre, 2009

21 de septiembre

Hoy estoy de cumpleaño!
Soy una virgo que no tiene pena de decirlo pues 21 de septiembre es un día importante!
Al menos para mi. Y aquí está.
Pero resulta que desde el año 2001 hoy también es el Día Mundial de la Paz.
Peace One Day, es el movimiento que hace que hoy sea un día aun más especial! (jeje)

Hagan algo por la paz hoy...siempre!!

paz paz paz paz paz paz

20 septiembre, 2009

adiós 25

Hoy dejan de ser 25, los que respondo cuando preguntan mi edad. Hoy me cuestionaba cómo y cuando se me pasaron. Y la verdad, con sus pro y sus contra los viví a gusto.
Con 25 terminé el “cuarto de siglo” y empecé uno nuevo, con incertidumbres emocionales que creía se disiparían con el tiempo, pero que un año después observo que aun no las entiendo. Con 25 cerré un ciclo y me permití abrir uno nuevo, y vaya que aquello de cerrar puertas para abrir nuevas sí que funciona.
A los 25 fui por primera vez la Clara del Cascanueces que me había propuesto ser, y lo hice con afán, con seguridad y con pasión. De 25 recibí el año lejos de mi familia. También fue con 25 que decidí hacer maletas para viajar aun más lejos totalmente sola, para conocer la Torre Eiffel, hablar francés, tomar bordeaux, y ver el Ballet de l’Opera. Fue a los 25 que sin querer me volvieron “a mover el piso”, cuando pensé que eso lejos estaría. De 25 tuve una lesión que aun no comprendo pero con la cual hago tratos y contratos diarios para poder convivir con ella y así poder bailar. Con 25 bailé en tutú y en media puntas y descubrí que la sala y el escenario de la Ríos Reyna son aun más majestuosos vistos desde lo alto, trepada de una soga que bajaba a medida que sonaba la música de La Cantata Criolla. Con 25 disfruté sola Choroní y redescubrí la placidez de la amistad verdadera. También fue con 25 que ensayé Corsario con una gran maestra y lloré desconsolada al decidir no bailarlo por dolor. Además, con estos 25 me convertí en tía de Sarah Marcela, orgullosa y felíz.
Con 25 luché, logré, amé, tuve miedo, tuve rabia, tuve ganas de decir y de gritar, lloré, me preocupé y también dejé pasar.
Mañana son 26.
Me queda una pizca de incertidumbre de lo que ellos traerán.
Pero por eso no me preocupo, yo mientras tanto vivo.


Life is what happens to you while you're busy making other plans.
- John Lennon


paz.-

12 septiembre, 2009

Soledad y yo...

De las cuatro hermanas fui Soledad. (Tarde en la Siesta)
La desesperada, un tanto histérica, siempre en su mundo incapaz siquiera de querer salir de él.
Soledad, sola, solitaria. La que dejó su amado.
Sentí cómo interpretarla y pude entenderla.
Supe lo que Soledad sentía, supe lo que quería decir al mundo. Supe comprender y bailar en el escenario cuando se quiere gritar sin poder hacerlo. Cuando ella se ahoga sin entender cómo llegó a ese punto.
Como si fuera el momento justo de danzarla y sentirla en mis venas.
La vida está llena de coincidencias que realmente no lo son.
Eso es lo que creo. Esto es lo que Soledad me dijo. Esto es lo que ella me quiso decir, para que a través de la música y la coreografía mi público tratase de entenderlo.
Aquí, en palabras, lo que dancé.
Y advierto, no es fácil traducir en letras lo que se baila en puntas y con el alma.


Te siento, allá, allá, ven.
Se me desgarra el alma porque no estas.
Mi miel y mi veneno los volqué en ti y te los llevaste y me dejaste con el aliento seco y sin sabor.
Te sigo, te persigo, te busco no te encuentro.
Dónde está el sueño que me creé, que me inventé, que me ofreciste.
Siento en mi sangre el vibrar de tu voz, siento en el aire que hoy respiro la sensación de tu olvido, siento en mi vientre las manos que me tocaron y penetraron mis nervios hasta el último vestigio.
¿Dónde? ¿Cuándo?
¡Vete ya!
Si te fuiste, no aparezcas.
Si te rendiste, no vuelvas.
Si te encuentro, no me recuerdes.
Aunque por ti en vida muera, aunque se agoten msi ansias y mi brío, a tí te pido.
Vuelve, pero que no te vea.
No vuelvas pero no me olvides.
Estoy cansada de amarte sin poder evitarlo.
Te odio. Te amo. Te dejo ir.
-BC-


Anexo: Esta no soy yo, sino Rosario Suárez, bailando la variación. Una increíble interpretación -a mi parecer-.
Con ella estudié este papel.
Con ella... y con esto que le llamamos vida.


03 septiembre, 2009

Ellas

[ a Galeano en su día ]

Ella contaba con unos 10 años. Ella era su maestra de ballet.
Ella no era de las mejores, de hecho parecía no querer hacer nada bien. Un día Ella
observa a Ella llorando inconsolablemente y le pregunta qué le pasa. Ella le cuenta que su tía le discutió y la ha sacado de su casa, no sabe nada de su abuela hace días y su mamá tiene tiempo que no la ve. Ella tragó amargo tratando de entender cómo Ella podía vivir tal episodio con sólo una década de vida. Ahora Ella entiende que no es que no le gusta bailar, que sí le gusta, lo disfruta y (quizá) le permite escapar. Hoy bailo por Ella y por Ella.
Que mis danzas sean por siempre un homenaje a quienes a pesar de las circunstancias siguen bailando.

¡Feliz Cumpleaños Eduardo! ¡Gracias por escribir!

31 agosto, 2009

Vuelvo a bailar

Cuatro meses cuentan desde La Cantata Criolla: la última vez que usé mis puntas en el escenario. Para algunos quizá poco tiempo, para mí demasiado. A pesar de los numerosos altibajos emocionales con picos bruscos, he aprendido a ser paciente, a ver más allá, a razonar (¿más?) incluso con rabia, y a entender cómo funciona el cuerpo, especialmente mis tobillos.

Este fin de semana vuelvo a bailar, estrenando dos piezas: Guaraira Repano, coreografía de Mariela Delgado y Tarde en la Siesta del cubano Alberto Méndez. La primera genera en mí un gran deleite, un placer que origina la sensual música de Arturo Márquez en su Danzón No.2; y que finalmente bailo, después de tantas horas de ensayos y de tantos inconvenientes.

La segunda, es un reto lleno de sentimientos acertadamente encontrados, una autodemostración de autoconfianza, un estambre de cosas por decir y querer decir, un espacio de mediana liberación, un desahogo de ideas. ¿Todo eso lo puede hacer un ballet? En mí, sí. Por eso vivo de esto.

Ambientado a finales del siglo XIX, el ballet es un pas de quatre de cuatro hermanas cuyos nombres coinciden con sus propias personalidades. Esperanza, la menor, es la adolescente juguetona quien ilusionada espera el amor de su vida. Dulce, es la alegre mujer casada y satisfecha con lo que la vida le ha bien otorgado, incluyendo sus hermanas. A Soledad la asedia la angustia y el vacío generados por el abandono del hombre a quien realmente ama, ella se ahoga en el desespero de su propia soledad. Por último, Consuelo, la hermana mayor quien hace las veces de madre y guía, pero que tiene un pasado triste por su viudez y un alma asfixiada dentro del cuerpo de una mujer que quiere sentir y vivir a plenitud.

Estas son las cuatro hermanas de Tarde en la Siesta, cuatro caracteres, cuatro historias, cuatro modos de ser y sentir. Sólo cuatro, apasionadas plenamente.

Yo soy Soledad.
Pero ella, a quien le agradezco haberme invadido con descaro y sin permiso, merece un post aparte.

paz.-

Enamorada de ti, Sarah

He estado lejos de estas siluetas. No ha sido por falta de inspiración, sino por una incomprensible ausencia de ánimos.

Aquí va mi primera inspiración: soy tía.

El pasado jueves 20 de agosto nació Sarah Marcela.

Hace 8 meses atrás, cuando supe la noticia, me llené de emociones, de expectativas, de ansiedad. Hace tiempo la esperaba y quería desde lo más profundo que fuese niña. Quizá porque me siento tan bien en mi semblante de mujer, o quizá porque me parece que las niñas son más tiernas.

Pero esta ensalada de sentimientos se fueron mezclando aun más a medida que avanzaba el tiempo y crecía la hermosa panza de su mamá.

No pude estar allí cuando nació, no la vi siquiera en el retén de la clínica, no supe de qué modo la alimentó J por primera vez.

Dos días después, la conocí: dormía envidiablemente, en un sueño profundo que sólo los recién nacidos logran y que nosotros los más grandes añoramos.

Su nariz y mejillas sonrojadas, su diminuto cuerpito que crecía y disminuía con cada respiración, su paz, su aura brillante, su pocos y lisos cabellos…todo despertó en mí la sensación foránea y deliciosa de sentirla parte de mi.

La mayor incertidumbre para mi era el cómo-se-siente el hecho de conocer un ser humano nuevo que viene de mi propia sangre. Y la verdad, fue tan inesperado que apenas la tuve en frente, no pude evitar llorar.

Lloré porque apenas la vi, me enamoró. Descubrí cuánto la amo, que llevo ocho meses y un poquito más amándola, y que la seguiré amando por el resto de mis días.

Hermosa -la más hermosa-, mágica, seductora, adorable, angelical, noble, delicada, artística, sosegada, encantadora….

Me enamoré locamente de la criatura más hermosa –insisto- la más hermosa que mis ojos han visto; pareciera que no haría falta ver nada más.

Amé a mi hermano por ser papá, amé a J por ser mamá y los amé a ambos por hacerme tía.

Por estar lejos, seguramente en muchas cosas no estaré presente durante esta etapa, pero hoy tengo una razón más para despertar, para vivir y para sentir.


paz.-

17 agosto, 2009

"Que gane el quiero la guerra del puedo"

Estos: días raros, complejos, revoloteados.
Este: fin de semana nostálgico, escurridizo, sorpresivo.
Esto: deseo de escribir y decir mucho (o sólo lo necesario)
Esta: sensación de voluntad en modo hibernación.

Mientras estos, este, esto y esta pasan, yo dejo el link a esta canción que me circula la cabeza desde el último ataque de Sabina que me pegó y me pegaron (que me pegaste). -y me refiero a esos ataques de "escucho por horas y días más nadie ni nada que Sabina"-
Enjoy!


"Que el fin del mundo te pille bailando,

que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana"

10 agosto, 2009

La noche era silenciosa y nublada. La verdad no decía nada. El aire que soplaba el ventilador que encontró, le refrescaba un poco el seco ambiente de un cielo sin luna. Acostada, buscando atemperar más agradablemente el cuerpo, sintió su mirada penetrante, como nunca la había percibido. El brillo de su piel le despertó el deseo que había guardado por otros asuntos que ella no entendía. Por no entender, ella no hizo nada. Él se deslizó sigilosamente entre las sábanas, con las ganas ocultas por el temor de volver. Ella sintió sus manos cálidas en su cintura y en su vientre y se le estremecieron los muslos, los pechos, la espalda y los tobillos. No hizo nada, pero en ese momento fue inmensamente feliz. Él no quiso perder el tiempo -ya lo había desperdiciado demasiado- y con una brusca pero deliciosa fuerza la acercó hacia él mientras sus corazones se sincronizaban en un allegro molto.
Ella cerró los ojos y sintió su aliento, su vientre, sus pies y se dejó llevar –hace tiempo lo esperaba-.
Abrió los ojos y de nuevo, no estaba.
Su corazón volvió al
andante, acomodó las sábanas, quitó el ventilador y escondió su vientre.


"No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya, pero tengo una mujer atravesada en la garganta" -Eduardo Galeano-

Nadar, nadar! (fe de erratas)

Por distraída, tonta, sonámbula o qué se yo, he borrado por equivocación esta entrada publicada el 27.05.09. Se me ocurrió buscarla en la memoria caché de google et voilá! Así que estará repetida, para mí no para usted, y así no perderla de esta memoria digital de lo que escribo y soy. Con sus comentarios inclusive.
Salud!

27.5.09

Nadar, Nadar!

Estoy segura que cada quien tiene sus modos personales de lidiar con la tristeza. Yo veo Buscando a Nemo, la película de Disney.
Quizá no me quite de raíz lo que me esté haciendo sentir mal, pero al menos sonrío (y río mucho por cierto) y vuelvo a recordar la escena en la que Dori (personaje con quien a veces me siento identificada) le pregunta a Marlin (el papá de Nemo) "si la vida te derrota, ¿qué hay que hacer?", como Marlin no sabe, ella le responde con esta canción que seguramente la tendré en mi cabeza hoy todo el día: "Nadaremos, nadaremos, en el mar, el mar, el mar, qué hay que hacer? nadar, nadar".
Una parte de Cien Años de Soledad del Gabo, se desarrolla en el marco de un diluvio que duró "cuatro años, once meses y dos días". Al final del período, el pueblo de Macondo quedó devastado bajo los escombros, sin embargo la "Calle de los Turcos" estaba llena de alegría a pesar de la tragedia. Aureliano Segundo, confundido, le pregunta a los habitantes de la zona "de qué recursos misteriosos se habían valido para no naufragar en la tormenta, cómo diablos habían hecho para no ahogarse". La respuesta, para mi sorpresa fue: "Nadando".
Lo dice Gabo.
Lo dice Dori.
Quizá sea cierto que cuando las cosas van mal lo mejor es seguir nadando. Dejar que la vida fluya, que siga su rumbo mientras nadamos con la corriente.
Más tarde las cosas se esclarecen, o toman un camino que nos hace sentir mejor.
Yo mientras tanto sigo viendo a Dori en los momentos bajos, para que me siga recordando eso que muchas veces olvido.

2 comentarios:

Karla dijo...

Nada! yo no lo hago en el agua, me da miedo, lo hago en la tierra y en el aire! Y muchas veces acompañada de ti.

Mayra Cecilia dijo...

Mi niña rubia....tú como nadie sabes nadar entre los inciensos, los sueños y las nubes.Nada, absolutamente nada, puede empañar tu alegría de pajarito nocturno.No dejes que suceda.Sí?...La vida, como la música, tiene sus allegros.Amurallate a ellos y sigue adelante.Un beso de tu otra mamá.

06 agosto, 2009

Aunque los tiempos cambien

Volví al lugar de donde salí hace tiempo sin ganas de volver.
Volví a la ciudad que mejor conozco, donde crecí y conocí mis más grandes amigos.
Y fueron precisamente estos -los que aun viven aquí- con los que me reencontré. No me había dado cuenta cuánto extrañaba reírme a carcajadas con ellos y decirnos las verdades descaradas de frente sin secretos ni mentiras. Tomé el valor nuevamente de recordar cómo es que se dicen las cosas sin filtros para decirles cómo andaba mi vida estos días, estos meses, estos años. No anduve mal, pero pude hacerlo mejor. Falta de práctica, debe ser.
No son amigos, son mis hermanos. Lo han sido por mucho tiempo y las hemos pasado rosadas y negras, digo muy buenas y muy malas. A veces estamos, otras no. En algunas épocas vivimos sabiendo el uno del otro casi a diario, otras, simplemente no sabíamos nada. En esta época, para variar, la que no sabía nada era yo. Ni yo de ellos, ni ellos de mi. No me siento mal por eso, la vida va así. Pero me hizo felíz saber que aun están ahí, que aun son seres extraordinarios, que no importa lo que vivamos, viajemos, crezcamos, o la gente que conozcamos, siempre van a estar ahí. Pasamos de ser estudiantes de bachillerato a profesionales con sueldo, y cada uno tan diferente! Carlucho
-el mayor aunque no lo acepta- con fecha de boda fija, Henry enamorado y contento, y Samy madre de Daniella, nuestra primera y hermosa sobrina putativa.
Cuando lo dejaba en su casa, Carlucho me dijo “chévere va a ser cuando nos reunamos y cada uno de nosotros tenga su hijo”. Aunque bromeo y le digo que por mi van a tener que esperar bastante, pensé también que sí, va a ser “chévere”. Cada uno con su (o sus) hijo(s) reunidos, con el whisky respectivo –vino para mi, gracias- aun riéndonos a carcajadas, con las verdades por delante y todo el amor que como hermanos no ha mermado a pesar del tiempo y la distancia.
Valen seguramente también disfruta esto.

30 julio, 2009

Deje su mensaje después del tono

Finalmente estoy de vacaciones.
Aunque después del reposo, el reinicio y el cuidado respectivo de mis tobillos quisiera seguir trabajando, la verdad es que he aprendido que el cuerpo y la mente piden lo que necesitan y definitivamente están pidiendo desde hace rato, descanso: algo que difícilmente logro comprender y aplicar. Así que en una nueva onda de ser más consciente del cuerpo y la mente, les otorgo a ellos lo que piden. Y ya que por falta de cupo Cadivi no se puede cambiar ni de meridiano ni de paralelo, les brindo entonces energía del mar, del viento y del sol (¡qué dificil decisión ésta! jeje)

En fin, para cualquier mensaje o emergencia, por favor, deje su mensaje. !Estoy de vacaciones!

biiiiiiiiiiiiiiiip

29 julio, 2009

NYCB is in the news

Recientemente me enteré de esta noticia que me sorprendió: New York City Ballet ha despedido 11 de sus bailarines por un ajuste de presupuesto. Quizá para nosotros los danzantes de estas latitudes nos parezca un tanto normal, eso sucede. Pero ubicándonos en el contexto de tratarse de una de las compañías más importantes del mundo, con un compendio de bailarines de altísimo calibre tanto técnico como artístico, entonces la historia es otra.
Recuerdo que uno de mis primeros “sueños” de adolescente era el de formar parte del NYCB. Yo no tenía ídolos de hollywood ni cantantes de moda pegados en las paredes de mi cuarto; yo tenía bailarinas de NYCB.
Admiraba (y aun admiro) sus condiciones físicas, el estilo “balanchineano”, el poder de la presencia escénica e imaginaba -con un tanto de anhelo y envidia- el placer, la fascinación y la arrogancia de bailar ballet en Nueva York.
Pero pertenecer a sus filas, implica la dedicación plena desde una escuela en la que los chicos y chicas estudian, entrenan, comen y duermen durante varios años para ver si al graduarse (los que lo logran) son aceptados en la gran compañía: la meta de casi todos.
Así pues, esta es una de las compañías de ballet más exigentes del mundo y once de sus bailarines fueron despedidos como consecuencia de una crisis económica que golpea todos los aspectos de la sociedad como la conocemos hoy, pero que sacude con fuerza al sector más continuamente afectado: el arte.
No quiero ni imaginar lo que significa para estos chicos –quienes no pasan de ser mayores que yo- un despido de NYCB por esta razón. Pues tampoco quisiera imaginarme lo que significaría esto para mi, incluso en la compañía en la que trabajo hoy día.
Aunque los sacrificios de cada uno en el mundo de la danza sean diferentes, todos son sacrificios y qué injusto se torna cuando por falta de dinero o “ajuste de presupuesto” no se puede crecer y desarrollarse como artista, tener un trabajo estable, realizar giras o funciones pautadas… -ups! no debo salirme del tema, al menos no ahora-
Seguramente esto último no es problema para NYCB, sus problemas son otros, y seguramente como buenos venezolanos, en nuestro caso ya tendríamos una carta debajo de la manga para sobrevivir cualquier porvenir.
Mientras tanto, yo sigo agradeciendo mi trabajo, mi teatro y mantengo la esperanza de ver NYCB en la escena del Metropolitan Opera House, aunque con once bailarines menos.

Aquí algunas páginas que hablan del tema, en inglés advierto.
- Artículo completo del NY Times
- Foro del NY Times acerca del tema.
- Laid Off NYCB dancers speak out.
- Acerca de los salarios. (¿y se quejan?)

25 julio, 2009

Hiponcondría

Al parecer, los bailarines -unos mas que otros- tenemos un poco de hipocondríacos. Entre los gastos mensuales normales están los medicamentos. Teniendo el cuerpo como nuestra primordial herramienta de trabajo tenemos que cuidarlo: las vitaminas porque son necesarias, la glucosamina y el calcio para los huesos, el diclofenac (potásico o sódico) para desinflamar, árnica también, ibuprofeno para cuando algo duele, no obstante necesitamos el dencorub o voltarén en spray y en gel. Centella asiática, ginseng y buscapina en casos particulares para adelgazar, tener más energía o dolores de barriga. Ah! Y casi olvidaba el criogel y la crema Victoria, ¡fabulosa!
Aunque existen estudios que manifiestan que el umbral del dolor en bailarines es mucho mayor que en el resto de la gente, es cotidiano encontrar en el medio nuevos músculos, huesos o articulaciones molestados o lastimados, y nuevos métodos de curación “efectivos”. No es sino al no soportar más, cuando paramos y acudimos al médico y nos dice aquella tan temible palabrita: REPOSO.
La decisión de tomarlo o no, esta en uno mismo, si bien a veces decidimos hacer caso preciso a la recomendación clínica, muchas son las veces que optamos por soportar el dolor “hasta que pase” por no desaprovechar oportunidades o por no perder entrenamiento. Unas veces funciona, otras empeora.
El ultimo médico al que fui (niego rotundamente tendencia a la hipocondría) me dijo que somos la única profesión que odia los reposos. Y como no, si lo que queremos es seguir bailando a pesar de las sensibilidades físicas y emocionales.


Notas al pie:
1.) Hipocondría-definición según la RAE-: f. Med. Afección caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud.
2.) Cualquier otra crema, gel, pastilla, hierba, té, remedio, etc que no haya sido nombrado y usted conozca su alta efectividad agradeceré saberlo!

09 julio, 2009

Cambios

Me di una semana y aun en ella estoy.
La semana me regaló una mejoría muy esperada y no planificada en mi tobillo. Son excelentes noticias. Me trata bien la semana.
Me regala también un nuevo reto: Pas de Deux de Corsario.
Creo que he tenido esa música de Drigo impregnando mi espíritu desde mis días en la escuela.
Ella, una princesa sobria, altiva y elegante. Él, un esclavo enamorado, dispuesto a servirle, solo por amor. Bonito para ser un cuento o un ballet, no aplica en la realidad...pero por eso bailo.
Ayer logré pasarlo completo por primera vez y aunque aun el peroneo molesta a ratos, parece que a él le gusta el pas de deux también porque no se quejó sino sólo después de sentarme agotada y aun acelerada por mi alegría del ensayo y de tener dos ampollas en mis dedos. Aclaro que no soy fan del dolor, se trata del hecho de que tenía mucho tiempo sin usar mis puntas. ¡Bailarinas defiéndanme!
Otro regalo: Mercedes en los ensayos.
La misma que me ayudó a ser Moyna, la misma cuya energía empapa la sala H desde la mañana hasta la tarde, con sus correcciones, sus risas, su "te vo'a dar golpe", sus cigarros, su sonrisa brillante, y su insaciable sabiduría del escenario que ella también vivió y sintió. ¿Podría ser mejor? sí, seguramente podría. Pero ahora es casi perfecto, asi que me dejo seducir por Medora, su presencia, su altivez y sus fouettés.

nota al pie: debo admitir que prácticamente me obligué a escribir esto... favor disculpas en caso de aburrimiento o desagrado... (debe ser por el propio)

24 junio, 2009

"How happy is the blameless vestal`s lot?
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind.
Each prayer accepted and each wish resigned"

-Alexander Pope-

21 junio, 2009

Mujer que baila

Me pasa a veces, cuando genero en mi misma el pensamiento que primero soy bailarina y después todo lo demás. Creo que siempre lo he pensado así, incluso siendo muy niña. La universidad fue para mí algo parecido a un “hobby”, aunque con bastante responsabilidad, pero la prioridad era bailar.
Hoy día duermo, como, camino, descanso, tomo decisiones, en fin vivo, en función de mi misma como bailarina. Después viene el resto.
Pero me pasa a veces que a ratos olvido que antes que bailarina, soy definitivamente, mujer.
Mujer que siente, observa, analiza, ama, llora, ríe , piensa, decide, se expresa y se involucra.
Antes que artista y bailarina, soy mujer.
Pero como yo, muchas artistas y bailarinas -si no todas, solo por dejar el beneficio de la duda- debemos poner aparte todo aquello que nos hace mujeres para salir a escena.
No importa cuan grande sea la preocupación que se sienta por el padre o hermano enfermo, no importa el dolor por la pareja que se va y se aleja, no importa el vacío de un ser querido difunto, ni la incertidumbre de una llamada que no se recibe o el resultado de un examen de sangre.
Pase lo que pase, hay que bailar.
Afrontar el día frente al espejo y la barra, repasar tantas veces los ensayos acertando cada corrección y más difícil aun, salir a escenario frente a un público que admira la expresividad del movimiento como si absolutamente nada irrumpe el espíritu de esa artista, mas que la sonrisa y el personaje que interpreta.
¡Y qué difícil se torna cuando no se puede sacar con la propia vibración del cuerpo lo que agita el alma!
El ballet lo defino no sólo como una pasión, sino también como una adicción, una dependencia, una necesidad, un modo de catarsis, un catalizador y un "canalizador".
Bailo y vivo.
Ese es el orden que asumo, pero el real es el otro y el segundo definitivamente depende del primero.

Somos mujeres, hijas, hermanas, amigas, novias, esposas y madres.
Somos artistas que sienten, lloran y se alegran de bienvenidas y despedidas, de éxitos y fracasos, de buenas y malas nuevas.
Y eso, no cabe duda, lo nota el cuerpo y el escenario.

paz.-

05 junio, 2009

Despedidas

Adiós han sido muchas veces.
Nos vemos pronto, otras más.
Me harás falta, te extraño. Espérame.
Abrazos sin saber cuando se vuelven a recibir.
Besos que no se dan nunca más.
Miradas que dicen “éxito”.
Manos que tocaron con tristeza.
Lágrimas tragadas que ahogaron.
Sonrisas falsas para no lastimar.
Rabia, llanto en silencio.
Serenidad.
Esperanza.
Será para bien.
Cuánto tiempo ha pasado. Cuánto tiempo pasará.
Y todo lo que puede pasar.
Tiempo…
Esperar.
Nuevas vidas, nuevos rostros.
Nuevos hasta pronto.
Otros te voy a extrañar.
Me escribes, si?
Incertidumbre que desvanece (o se calma) con el tiempo.
¿Se vuelve costumbre decir adiós?
¿Se puede ser inmune a las despedidas?
Costumbre.
Tiempo…
¿Volverás?

Renovar

Modificar.
Renovar.
Reiniciar.
Cambiar.
Volver a empezar.

No es la primera vez. Una vez, fue a otro estado, luego fue a otro país, luego de nuevo a otra ciudad, y dentro de esta última a tres sitios diferentes. Este será el cuarto. No se a donde voy aun, pero se que el lugar me espera y eso espero.

Los cambios siempre traen consigo una cuota de temor ante lo que no se conoce, ante lo que vendrá -que siempre es un esbozo-. También se pueden presentar con entusiasmo y optimismo.
En mi experiencia, han sido cambios contrastantes, pero no fueron difíciles de aceptar. Creo que soy alguien que se adapta al cambio con bastante (¿suficiente?) facilidad.

Sin embargo, en una parte queda la nostalgia.
Cambias de habitación, un espacio primero vacío e impersonal, que con la rutina se va haciendo propio. El color de las paredes, los libros comprados y leídos, los zarcillos que guindan en el espejo, las fotos tomadas, las velas que se derritieron y mancharon la mesita, las cenizas de los inciensos, las botellas de vino vacías, los recibos del cajero, las cremas a la mitad, las ollas quemadas por descuido, las zanahorias que se pudrieron esperando por ser comidas, las flores secas de las funciones, los periódicos amontonados…
No son sólo cosas, son vivencias acumuladas en pequeños detalles que las materializan. Ahí queda un poco de esa nostalgia, en los objetos que reunen recuerdos suficientes para transformar un espacio impersonal en mío.

Ahora me toca decidir cuales de esas cosas que moldearon parte de mi vida en el último año y medio se mudan conmigo y cuales se van a la basura, con el único fin de dejar lo pasado, y comenzar de nuevo a acumular nuevas cosas, nuevas experiencias.
Con algunas mudanzas encima, me doy cuenta que aunque lo ideal sería lograr un lugar permanente, mientras no exista, quizá sea sano cambiar de ambiente y renovar el espacio y así el espíritu. Al menos y hasta ahora, no he sentido ningún lugar mío.
Quizá por eso acepto los cambios.

paz.

19 mayo, 2009

Quince

Ando con ganas de escribir, de decirlo todo. Pero prefiero mejor no.
Quizá sea que el Poeta haya cambiado de dimensión, o es el reposo ya decidido pero forzoso lo que me tiene así. Con esto de no se qué decir.
(O no sé cómo decir?)
Ayer, temprano en la mañana la piel erizada me despertó, en la clase la molestia que no pasa me desbordó la paciencia, en la tarde la decisión me desubicó, el viento y el café me hablaron de calma y cerca de la noche las palabras “dulces” me dieron ánimo.
Pero la paciencia se agota y el ánimo desvanece.
Quince días.
Quince días alejada de la sala H y del escenario para sanar totalmente.
¿Volveré a escuchar las palabras “dulces” cuando sienta que se va esfumando la energía?
No respondas. Preferiría escuchar que sí y no más.

Debo hacerlo: lo de "defender la alegría" como lo dijo el Viejo.

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
(...)
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
(...)
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar y también de la alegría.

Defensa de la Alegría
Mario Benedetti

17 mayo, 2009

Siempre

Antes de mí no tengo celos.
Ven con un hombre a la espalda,
ven con cien hombres en tu cabellera,
ven con mil hombres entre tu pecho y tus pies,
ven como un río lleno de ahogados
que encuentra el mar furioso,
la espuma eterna, el tiempo!
Tráelos todos
adonde yo te espero:
siempre estaremos solos,
siempre estaremos tú y yo
solos sobre la tierra
para comenzar la vida!
Pablo Neruda
Los versos del capitán.

En contra de la homofobia

No creo en la violencia.
Rechazo la guerra, las represalias, la injusticia y sobre todo la discriminación.
Aunque pueden ser varias las ocasiones en las que me vea metida en una discusión y allí me encuentre alterada, estas no se tratan de la búsqueda del conflicto sino de defender lo que seguramente creo correcto, o que por derecho me corresponde.
En mi tesis de grado investigué el tema del VIH/Sida, buscando entre otras cosas, establecer qué es correcto y que no a la hora de hablar y escribir sobre este tema en los medios de comunicación, a fin de evitar lo muy temido en las personas VIH+: la discriminación.
Resulta muy difícil para una persona saberse portadora de un virus que tiene pésima fama, pero es aun más difícil tolerar diariamente toda clase de rechazos, insultos, humillaciones y desprecios, únicamente por esa razón. Lo mismo sucede con hombres y mujeres homosexuales, quienes incluso hoy día son víctimas constantes de una absurda exclusión basada en la orientación sexual y/o identidad de género.
No está de más señalar que en el mundo dancístico, encontrar hombres gays es algo cotidiano y no se si deba a eso, de conocerlos un poco más, que rechazo los desprecios que pueda encontrar cuando salgo de “mi mundo” y me percato que la homosexualidad normalmente no es bien recibida.
Ser gays, lesbianas, bisexuales o transexuales no los hace ni malas ni menos personas. Incluso varios de los que he conocido, son hermosas almas. Pero a fin de cuentas, nada justifica un desprecio que se excusa en una vaga lógica de relaciones sentimentales o sexuales, o enfermedades, o color de piel, o decisión de credo, o el simple género.
Creo que como seres humanos únicos, ya somos lo suficientemente diferentes como para seguir buscándonos razones para dividirnos. Si aprendiéramos a ver lo esencial, aquello que dice El Principito que es invisible a los ojos, seguramente este mundo fuese otro.


paz.-

14 mayo, 2009

-bailarina... ¿por qué?

Somos bailarinas. Somos artistas.
Y por serlo, no somos jóvenes descarriladas, inconcientes e irresponsables.
Decidimos nuestra profesión cuando la mayoría de nuestros compañeros y amigos aun jugaban nintendo y veían comiquitas, e iban a fiestas y tenían novios porque era moda.
A muchas fiestas y reuniones yo dejé de ir en mi adolescencia, porque tenia ensayo de ballet. Muchas comiquitas de televisión desconozco porque iba religiosamente a mi clase de ballet. A los seis años bailé con 39 de fiebre porque no podía faltar a mi función. A los siete años me oriné en un ensayo porque me daba vergüenza interrumpir y pedir permiso a la maestra para salir al baño. A los doce cobré mi primer “pago” por bailar. También fue a los doce cuando bailé sola en el escenario por primera vez. A los trece ya iba más temprano a la escuela para aprender a enseñar. A los dieciséis aprendí a decorar mis propios vestuarios. A los diecisiete aun sabiendo que lo que quería era bailar, decidí estudiar primero y graduarme.
En esa disciplina crecí. En ese orden de vida crecí y me acostumbré a vivir. La responsabilidad temprana me hizo madurar más pronto que mis compañeros del colegio, y siempre fui diferente, la bailarina, la que nunca hacía nada que le interrumpiera la danza.
No soy la única. Mis compañeras también crecieron de manera similar, y el hecho de ser artistas no implica que seamos drogadictas o putas o fiesteras o irresponsables.
¿Por qué importa tanto la profesión de la próxima persona que habitará tal apartamento? ¿Acaso ser médico, abogado o ingeniero me hace más apta para vivir en el espacio que está en renta?
Probablemente sea por la seguridad del dinero. Esta bien, no la tengo. No la tenemos. Pero al menos trabajamos en lo que nos llena de vida, no en lo que vacía tanto que solo queda dinero.

10 mayo, 2009

Para un ángel de piel canela

Quiero decirte que te admiro.
Porque eres una mujer fuerte y vives por tus principios.
Porque eres valiente para afrontar lo que hoy vives. Yo no sabría cómo hacerlo.
Quiero decirte que no sé que decirte, porque siento que cualquier palabra puede ser débil o inútil.
Quiero decirte muchas cosas que te hagan sentir mejor.
Quiero decirte que nada es al azar en esta vida y que todo siempre, siempre sucede por algo.
Quiero decirte que creo en Dios y en el perfecto equilibrio del Universo que Él creó, que aunque no logro entenderlo aun, debe existir.
Quiero decirte que también estoy segura que ese mismo Dios está de tu lado, que es el mismo que mi lado, y que Él nunca nos pondría en el camino un obstáculo que no supiéramos superar.
Quiero decirte que tienes las herramientas para superarlo.
Quiero decirte que ames y que no temas nunca amar.
Quiero decirte que estoy para lo que sea que de mi necesites o no.
Quiero darte ánimo, pero no sé cómo.
Quiero aprender a tener tu fortaleza y tu entereza, tu capacidad para aceptar.
Niña, eres valiente, te repito.
Aprendo eso de ti.
Aprendo y trato de entender eso y más.
Quiero decirte todo lo que no se decir.
Quiero decirte que te quiero, en este poco tiempo que te conozco.
Ánimo amiga.
Siente. Ama. Llora.
No temas.

09 mayo, 2009

Danzando Cantata

Ayer finalmente bailé Cantata.
Debí escribir esto hace tiempo pero por diversas razones que incluso me cuestiono no lo hice antes. En fin, ayer lo bailé.
Desde mi regreso del viejo mundo estuve ensayando esta pieza que desde el primer momento me pareció fascinante.
La Cantata Criolla, ópera venezolana compuesta por Antonio Estévez y basada en el poema “Florentino y el Diablo” de Alberto Arvelo ha sido interpretada en muchas oportunidades en este país, pero esta es la primera en la que además de los coros, las voces solistas y la orquesta, se incluye la danza.
Tres estilos –ballet, contemporáneo y tradicional- conjugados en la escena del TTC para contar el cuento de cuando el Diablo retó a Florentino a contrapuntear hasta que los gallos canten.
El proceso ha sido una experiencia de descubrimiento, tanto en lo personal como en lo profesional. La coreografía busca el acoplamiento de la danza clásica con la de otros colegas que bailan otros estilos. Sin embargo, la idea era, en mi visión, la de llenar un escenario con diferente modos de movimiento como una forma de demostrar esa mezcla de razas, orígenes y modos de ser que tenemos los venezolanos.
“Florentino somos todos” nos decía Mariela para ayudarnos a entender lo que necesitamos sentir para nuestra interpretación. Pero más allá que una vía para transmitir un sentimiento escenográfico, Florentino nos puede enseñar cuan fuertes o débiles podemos ser ante las adversidades, ante los retos; estos representados en un Diablo que sin cachos, ni cola, ni fuego en la boca nos acaricia constantemente para caer en cada uno de esos obstáculos y quedarnos allí con él, en la angustia, la desdicha y la infelicidad.
Pero como Florentino hizo, es nuestra propia decisión y la confianza en sí mismo lo que nos hace ganar. Siempre.

Hoy vuelvo a ser una virgen, que por cierto baja de una soga. Momento genial.

05 mayo, 2009

PH en puntas


La primera vez que entré, no me la creía: viviría aquí.
Amplio, con muchas ventanas, una hermosa vista al Ávila.
Lo mejor vino después, cuando me vi conviviendo con dos seres que luego descubrí extraordinarios. Es difícil lograr la convivencia con otras personas y eso bien me lo pueden ratificar quienes han vivido en pareja o como yo, a lo roommate style. Pero además de un espacio cómodo, me llevé el premio de convivir con dos que hoy puedo llamar amigas.
En poco tiempo logramos entendernos y adaptarnos a vernos todos los días sin caer en el tedio de compartir hogar, trabajo, nevera, lavadora y gastos.
K, la más “hogareña”, meticulosa y ordenada, a quien descubrí llena de vida debajo de una actitud un tanto tímida y una voz callada. Dice poco, pero lo justo y debido, y a la vez tan locuaz y sonriente que pocos la conocen así. Yo la conozco así. A, la cantante, despierta todas las mañanas con un repertorio diferente y con tan diversas anécdotas que la hacen un ángel del sol, alegre y optimista hasta el cansancio que sólo la va venciendo a medida que oscurece el cielo. Ellas entendieron, que yo no hablo en la mañana, que lloro cuando nadie ve, que lanzo puertas sin querer ni darme cuenta, que soy un desastre en la cocina, que necesito abrir todas las ventanas y que a veces prefiero estar sola y hablar con nadie.
Juntas supimos disfrutar de llenar la casa de inciensos, de escuchar canciones, de limpiar cuando hay agua, de convivir también con Igor, de compartir el secador de pelo, el encendedor, la manga de colar café, la comida, las botellas de vino, la ya jocosa angustia de la ausencia del agua, los pagos siempre retrasados, las pinturas para las zapatillas, los libros, los cuentos de vidas y hombres que nos mantuvieron despiertas, el saludo final sobre el escenario, en primera fila.
Siempre supe que esto sería por un tiempo y que lo disfrutaría al máximo. Asi fue y así es.
Ya falta poco por irnos y debo admitir que me entristece dejar el controvertido PH, pero mientras siga viviendo con estas chicas, creo que podré aceptar mejor lo que nuestro próximo hogar traiga consigo.
Ojalá tenga vista al Ávila, las tres lo vamos a extrañar.

03 mayo, 2009

“Amaranta, en cambio, cuya dureza de corazón le espantaba, cuya concentrada amargura la amargaba, se le esclareció en el último examen como la mujer más tierna que había existido jamás, y comprendió con una lastimosa clarividencia que las injustas torturas a que había sometido a Pietro Crespi no eran dictadas por una voluntad de venganza, como todo el mundo creía, ni el lento martirio con que frustró la vida del coronel Gerineldo Márquez había sido determinado por la mala hiel de su amargura, como todo el mundo creía, sino que ambas acciones habían sido una lucha a muerte entre un amor sin medidas y una cobardía invencible, y había triunfado finalmente el miedo irracional que Amaranta le tuvo siempre a su propio y atormentado corazón.”
Gabriel García Márquez.
Cien años de soledad.

dosmilcuatrocientos gramos

100 gramos por enamorarme de Paris.
100 gramos de vivencias en Francia y Alemania.
150 gramos por haberme sentido dueña del mundo frente y debajo de la Tour.
100 gramos por conocer viñedos chilenos y franceses.
100 gramos por recibir el año con una gran amiga.
100 gramos por regresar a mi cotidianidad con muchas ganas.
150 gramos por enfrentar el mismo obstáculo.
100 gramos por escuchar la conocida advertencia.
100 gramos por ser vulnerable a lo que había olvidado.
100 gramos por no vencer nimiedades.
100 gramos por aceptar una lesión.
150 gramos por la paciencia del reposo.
150 gramos por lidiar con la impotencia.
100 gramos por dejar la mente absorber.
100 gramos por no dejar reconocer.
300 gramos por pensar, de más.
100 gramos por no entender, fulano.
100 gramos por querer que llegues, mujer.
200 gramos por buscar sin saber qué ni dónde.

Dosmilcuatrocientos de peso neto por callar.

Deben irse, pronto.
Para gritar y seguir viviendo.

paz.-

29 abril, 2009

Hoy celebro

Hace un tiempo atrás mientras estudiaba comunicación social, trabajé como periodista.
Obviando los pormenores de mi experiencia personal, creo que haber estudiado esa carrera me ha permitido ver con otros ojos y entender la vida de otra manera; o al menos muy difierente a como la ven muchos de mis actuales colegas.
No lo critico.
Algunos pequeños hechos los últimos días me han recordado la época cuando vivía con mi grabadora y una cámara digital en mi bolso pues en cualquier momento podía hacer una entrevista o tomar una fotografía que luego sería publicada. (aquí por cierto)
Disfruté mucho el hecho de conocer gente, espacios, mentes, actos, episodios pasados que llevaron a lo que ocurría en ese momento. Muchas veces me veía muy ocupada, pero entre la universidad y el ballet, siempre hallé el tiempo para ir a donde fuese necesario, entrevistar, obtener información y luego sentarme a redactar lo que había observado y vivido.
El placer de escribir me quedó desde entonces, quizá por eso estudié comunicación, y aunque con seguridad podría ser mejor escritora, me afano bloggeando para no perder ni la costumbre ni la satisfacción.
Debo confesar que en ocasiones extraño esa labor de investigar, indagar y conocer, que me permitió aprender cuando hacía de periodista. Sin embargo, no me arrepiento.
Mi trabajo actual es mi vida y lo amo.
Sigo investigando, indagando y conociendo pero de una manera diferente, al estudiar cada personaje que interpreto, al conocerme a mí misma como artista: hace unos meses me hallaba desglosando el hecho de ser una niña soñadora, luego una gitana en una plaza de Barcelona, hoy personifico una guerrera tártara, la próxima semana una virgen que protege a Florentino del diablo...

Mientras tanto, aquí dejo las palabras que tratan de explicar todas esas búsquedas y las novedades que descubro.
Hoy el es Día Internacional de la Danza y lo celebro con pasión y orgullo.
...y con toda la intensidad del mundo!

24 abril, 2009

próxima temporada

El cansancio de estas semanas ha dejado mi cuerpo en mínimo. Quizá por eso no hablo, para ahorrar energías. Sin embargo, mi tres en uno diario me ha ayudado.
La próxima semana se celebra en el mundo el día de la danza. Buena razón para bailar y festejar esto que amo, a pesar de la inflamación del peroneo -que ha mejorado- y los dolores en el cuello y la espalda...y el cansancio...si, el cansancio.
Un nuevo reto me proponen: ser una tártara.
Ya que el ballet es Príncipe Igor y se trata de una guerra, debo demostrar fuerza, dominio, poder. Me gustan los retos, y este es uno. Tanto para la resistencia, como para controlar toda la energía que siento que sale por los poros y que definitivamente necesito en este momento para no empezar a lanzar puertas o golpes.
Nada que ver con el romanticismo y la delicadeza del clásico. Aquí me bajo de las puntas para crecer y creerme dueña y poderosa de una guerra que no es mía.
La semana que viene: Funciones. Horarios confundidos. Vida sobre la escena. Pensar en esto, vivirlo, y que no lo olvide.
Después está la Cantata Criolla. Pero esto merece un espacio aparte.
Ya hablaré entonces de Estévez, la majestuosa música y la vibra increíble de otras personas.
Salud!

paz.-