05 mayo, 2009

PH en puntas


La primera vez que entré, no me la creía: viviría aquí.
Amplio, con muchas ventanas, una hermosa vista al Ávila.
Lo mejor vino después, cuando me vi conviviendo con dos seres que luego descubrí extraordinarios. Es difícil lograr la convivencia con otras personas y eso bien me lo pueden ratificar quienes han vivido en pareja o como yo, a lo roommate style. Pero además de un espacio cómodo, me llevé el premio de convivir con dos que hoy puedo llamar amigas.
En poco tiempo logramos entendernos y adaptarnos a vernos todos los días sin caer en el tedio de compartir hogar, trabajo, nevera, lavadora y gastos.
K, la más “hogareña”, meticulosa y ordenada, a quien descubrí llena de vida debajo de una actitud un tanto tímida y una voz callada. Dice poco, pero lo justo y debido, y a la vez tan locuaz y sonriente que pocos la conocen así. Yo la conozco así. A, la cantante, despierta todas las mañanas con un repertorio diferente y con tan diversas anécdotas que la hacen un ángel del sol, alegre y optimista hasta el cansancio que sólo la va venciendo a medida que oscurece el cielo. Ellas entendieron, que yo no hablo en la mañana, que lloro cuando nadie ve, que lanzo puertas sin querer ni darme cuenta, que soy un desastre en la cocina, que necesito abrir todas las ventanas y que a veces prefiero estar sola y hablar con nadie.
Juntas supimos disfrutar de llenar la casa de inciensos, de escuchar canciones, de limpiar cuando hay agua, de convivir también con Igor, de compartir el secador de pelo, el encendedor, la manga de colar café, la comida, las botellas de vino, la ya jocosa angustia de la ausencia del agua, los pagos siempre retrasados, las pinturas para las zapatillas, los libros, los cuentos de vidas y hombres que nos mantuvieron despiertas, el saludo final sobre el escenario, en primera fila.
Siempre supe que esto sería por un tiempo y que lo disfrutaría al máximo. Asi fue y así es.
Ya falta poco por irnos y debo admitir que me entristece dejar el controvertido PH, pero mientras siga viviendo con estas chicas, creo que podré aceptar mejor lo que nuestro próximo hogar traiga consigo.
Ojalá tenga vista al Ávila, las tres lo vamos a extrañar.

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