Salud!
27.5.09
Nadar, Nadar!
Estoy segura que cada quien tiene sus modos personales de lidiar con la tristeza. Yo veo Buscando a Nemo, la película de Disney.
Quizá no me quite de raíz lo que me esté haciendo sentir mal, pero al menos sonrío (y río mucho por cierto) y vuelvo a recordar la escena en la que Dori (personaje con quien a veces me siento identificada) le pregunta a Marlin (el papá de Nemo) "si la vida te derrota, ¿qué hay que hacer?", como Marlin no sabe, ella le responde con esta canción que seguramente la tendré en mi cabeza hoy todo el día: "Nadaremos, nadaremos, en el mar, el mar, el mar, qué hay que hacer? nadar, nadar".
Una parte de Cien Años de Soledad del Gabo, se desarrolla en el marco de un diluvio que duró "cuatro años, once meses y dos días". Al final del período, el pueblo de Macondo quedó devastado bajo los escombros, sin embargo la "Calle de los Turcos" estaba llena de alegría a pesar de la tragedia. Aureliano Segundo, confundido, le pregunta a los habitantes de la zona "de qué recursos misteriosos se habían valido para no naufragar en la tormenta, cómo diablos habían hecho para no ahogarse". La respuesta, para mi sorpresa fue: "Nadando".
Lo dice Gabo.
Lo dice Dori.
Quizá sea cierto que cuando las cosas van mal lo mejor es seguir nadando. Dejar que la vida fluya, que siga su rumbo mientras nadamos con la corriente.
Más tarde las cosas se esclarecen, o toman un camino que nos hace sentir mejor.
Yo mientras tanto sigo viendo a Dori en los momentos bajos, para que me siga recordando eso que muchas veces olvido.
Quizá no me quite de raíz lo que me esté haciendo sentir mal, pero al menos sonrío (y río mucho por cierto) y vuelvo a recordar la escena en la que Dori (personaje con quien a veces me siento identificada) le pregunta a Marlin (el papá de Nemo) "si la vida te derrota, ¿qué hay que hacer?", como Marlin no sabe, ella le responde con esta canción que seguramente la tendré en mi cabeza hoy todo el día: "Nadaremos, nadaremos, en el mar, el mar, el mar, qué hay que hacer? nadar, nadar".
Una parte de Cien Años de Soledad del Gabo, se desarrolla en el marco de un diluvio que duró "cuatro años, once meses y dos días". Al final del período, el pueblo de Macondo quedó devastado bajo los escombros, sin embargo la "Calle de los Turcos" estaba llena de alegría a pesar de la tragedia. Aureliano Segundo, confundido, le pregunta a los habitantes de la zona "de qué recursos misteriosos se habían valido para no naufragar en la tormenta, cómo diablos habían hecho para no ahogarse". La respuesta, para mi sorpresa fue: "Nadando".
Lo dice Gabo.
Lo dice Dori.
Quizá sea cierto que cuando las cosas van mal lo mejor es seguir nadando. Dejar que la vida fluya, que siga su rumbo mientras nadamos con la corriente.
Más tarde las cosas se esclarecen, o toman un camino que nos hace sentir mejor.
Yo mientras tanto sigo viendo a Dori en los momentos bajos, para que me siga recordando eso que muchas veces olvido.
2 comentarios:
Nada! yo no lo hago en el agua, me da miedo, lo hago en la tierra y en el aire! Y muchas veces acompañada de ti.
Mi niña rubia....tú como nadie sabes nadar entre los inciensos, los sueños y las nubes.Nada, absolutamente nada, puede empañar tu alegría de pajarito nocturno.No dejes que suceda.Sí?...La vida, como la música, tiene sus allegros.Amurallate a ellos y sigue adelante.Un beso de tu otra mamá.