Mi abuela decía que si no hay una historia de amor en una película entonces no es buena.
No hay manera de equivocarse en aquella afirmación, pues el trillado concepto le toca a todo el mundo la fibra, los nervios y el mediano músculo que está en el pecho el cual se acelera con cada encuentro y desencuentro amoroso. Incluso con un diminuto pensamiento.
Recién vi la película del homónimo libro, y -sin querer plasmar una idea crítica de la misma- podría decir que es primera vez que estoy de acuerdo con la manera como pasaron a 35mm una historia tan enriquecida y vívida. Claro está, nunca es igual que la imaginación embriagante que proporciona Gabriel García Márquez.
Sinceramente, creo que para vivir hay que amar. Sí hay tiempo, si no, no se vive.
El amor proporciona sosiego y angustia, esperanza y desaliento, alegría y descontentos, y con todos esos sentimientos y más, da VIDA.
Florentino Ariza desde joven, enamorado, sufrió por Fermina Daza ante su rechazo y juró esperarla hasta volverla a conquistar, pues ella era su verdadero amor. Así la espero 53 años, 7 meses y 11 días, hasta el día que por fin pudieron estar juntos. Su madre, cuando aun joven, lo consuela diciéndole que sufra todo lo que pueda, que ese sentimiento puede no volverlo a tener; su padre, al morir había dicho que lo único que lamentaba es no haber muerto por amor.
Esta es una historia con un final feliz, sin empalagamientos, que quizá sea cierta más frecuentemente de lo que uno se pueda imaginar. Con tanta gente que hay en este planeta, las historias de amor sobran.
El amor empieza en el propio y continúa en lo que haces para dárselo a otro o a otra, esa es una teoría que considero cierta y válida, y aunque no pretendo escribir un ensayo de un tema que aun no entiendo del todo y seguramente luego de más de 53 años tampoco lo sabré comprender a plenitud, creo que sí y definitivamente sí, somos seres que necesitamos del amor. Y en todas sus formas.
Si hay que sufrir, mejor que sea por amor. ¿O no?
"Los síntomas del amor se confunden con los del cólera"
G.G.M
G.G.M
7 comentarios:
Pensaba, por estos días, escribir sólamente del amor en febrero... es el mes del amor, dicen, no?
Pero luego me dí cuenta que, desde que abrí el primero de todos mis blogs, no he hecho más que escribir del amor.
"este jueguito qu enos pusieron en la tierra para que nos entretuviéramos" ocmo me dijo una vez un blogger en un comentario de un post de mi primer blog, hace ya 4 años...
Así que, bueno, seguiremos ocmo el Gabo. Escribiendo del amor. Pero en otro tono, menos infeccioso en mi caso.
Un abrazo, mi hojita de abedúl!:D
Pues fíjate que yo no me había dado cuenta de ese detalle que este es el mes que la gente que le gusta gastar dinero en nada dice que es el mes del amor... pero bueno, creo que no hace falta que sea un mes, un día o una época específica para mencionarlo...es que ni siquiera hace falta decirlo porque muchas veces está implícito.
Definirlo como un "jueguito que nos pusieron en la tierra para entretenernos" me gusta... pero es que entretiene, pica, corre, baila, salta, aparece, desaparece, jode....
Gabo, siempre él... Tan perfecto para escribir y hacernos sentir.
Me ha agradado mucho como escribes.
Un placer leerte, besos.
Patri S.
¿Sabes? Te recomiendo "15 Minutos" de Pablo Cohelo. Hace una reflexión sobre el amor a través de una jovén brasileña que debe trabajar de prostituta en Ginebra, Suiza. Entre las reflexiones que hace Maria, la protagonista esta el hecho que uno debe sufrir para aprender a amar
11 minutos
si, buen libro...
y cierto debe ser, lo de amar y sufrir..
cómo debemos ser de mosoquistas!
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