05 febrero, 2010

su Maya

Como todas las noches antes de dormir, se asomó a la ventana, sacó medio cuerpo, respiró profundamente, tanteó en búsqueda de la luna y la saludó.
Las estrellas algunas veces le tintineaban, pero no era frecuente, pues el brillo de la ciudad no dejaba verlas claramente. Siempre tuvo la frente en alto y la seguridad dispuesta como una bandera en la proa del barco que zarpó cuando comenzaba su vida. Resuelta como me gustan las mujeres y siempre acompañada como si le hiciera falta estarlo. Esa noche su alma libre añoraba el sol, no porque la jornada había sido desfavorable, sino porque consideraba que como buen signo de fuego, su ángel y ella se entendían mejor con aquel astro incandescente al cual le hablaba como si fuera una vieja amiga.
Allí parada la veía sola, sin embargo ella decía estar acompañada.
Se dio cuenta más tarde, pero desde el primer momento no necesitó nada más que su fortaleza de espíritu, ni nadie más que aquel su ángel. Tenía muchas más preguntas en su desconcertado escenario, pero con la misma soltura con que consiguió todos sus logros, supo encontrarle respuesta a cada interrogante, como si en sus sueños alguien se las hubiese respondido con clases didácticas y exposiciones con videobeam.
Treinta y siete semanas han pasado, y mientras conversa con los astros y aquella mitad de luna, ella espera que su ángel decida salir y conocer ese sol con el cual ella habla, y esa música que todas las mañanas escucha, y ese canto que desde su ya reducida cuevita sigue escuchando.
Ella, mientras conversa con los astros y aquella mitad de luna, sólo espera por Maya.

4 comentarios:

Myself dijo...

impresionante como puede ponerse asi.. en puntas.. embarazada

Mayra Cecilia dijo...

Gracias Berna por ese bella crónica...la abuela de la Maya la guardará como algo muy preciado.

Lulu dijo...

OOOOhhh!!
Preciosa la foto!!
Y me gusta más luego de haber conocido a la misma que habla y baila con los astros mientras la cuevita de su cuerpo se amolda para Maya... hasta que se decida a jugar fuera de su cueva con los cometas y las estrellas!!

Bruni Salmeron dijo...

No pudiste decirlo mejor... Maya es un ángel. Es su ángel. No importa lo que suceda, ahora jamás estará sola y tendrá con quién ver el sol todos los días.