21 julio, 2013

Buscando tiempo

 "De tiempo somos.
Somos sus pies y sus bocas
Los pies del tiempo caminan en nuestros pies"
- E.Galeano


El tiempo: ¡menudo tema!

He tenido esta conversación tantas veces y yo afirmo que el tiempo está pasando cada vez más rápido. Insisto, no se trata del hecho de que una tiene más edad y más responsabilidades o haya más tráfico en la ciudad y más ítems pendientes en lista de “cosas que hacer hoy”. No.

Foto: Acción Poética
Me refiero a que pareciera que en el cosmos algo está sucediendo que contribuye al hecho de que el tiempo pase con mayor rapidez. (Mi explicación del “cosmos” es un comodín, sólo porque no sé otra).

La mejor conversación la tuve hace poco más de un mes con Yeyo, mi abuelo. Le planteé mi inocente y empíricamente fundada teoría, y me declaró sus elucubraciones con respecto al tiempo. En su sabiduría plena de 86 años me explicó cómo no entendía en lo absoluto por qué la gente insiste en creer que “pierde el tiempo” o que “no tiene tiempo”. El tiempo no le pertenece a nadie, el tiempo está a nuestra plena disposición, pasa sin ser aprehendido, se puede aprovechar, utilizar en beneficio propio pero nunca perderlo, porque nunca se tiene. No tener tiempo no tiene sentido. “Ahí esta el tiempo, hija, existe y hay quienes no se dan cuenta que está, por eso hay que aprovecharlo”.

Y yo que últimamente insistía en el tema, mi Yeyo me dio una  lección de vida que nunca olvidaré.

Al tiempo no lo tengo, él está allí: lo organizo, lo disfruto, lo trabajo, lo bailo, lo leo, lo camino, lo respiro, lo amo, lo lloro, lo río. Pero no lo tengo. ¿Qué magnitud de arrogancia hemos llegado a tener los seres humanos para creernos dueños incluso del tiempo?

Yo siempre digo: si lo dice mi abuelo, es verdad. Y punto.


Nota al pie:
Recordando, hace tiempo escribí esto: Tiempo

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