Tratándose de actividades realizadas con el fin único de apartarse de la rutina, el hastío y las incomprensiones cósmicas, es como los gustos: nada se ha escrito.
Tan imprescindibles como el religioso café negro de las siete de la mañana y tan necesarias como un buen calentamiento de los tobillos antes de la clase.
No había entendido cómo transcurrió este último mes sin que pasara por aquí a dejar siquiera un rastro de grafema, y aunque varias veces lo intenté siempre fueron conatos inútiles. Luego –quizá mejor que comprenderlo, me excuso- me percaté que he estado, sin darme cuenta, en varias de esas actividades escapistas tratando de hurgar en espacios ahuecados queriendo rellenarlos con nuevas –o quizá no tan nuevas, sino otras- vibraciones.
¿Suena esotérico?
Pues no lo es.
El vino siempre ha estado de número uno, pero explorado con olfatos y bocas que perciben distinto el mismo caldo se vigoriza de tal manera que se logra fácilmente lo que busco en cada clase de yoga, en cada respiración: vivir el presente, el ahora. Lo que según algunas filosofías es lo que hay que hacer. Nada fácil, lo deben saber.
La música, fiel e inevitable acompañante, que en mi caso puede iniciarse en ensimismamientos con Rachmaninoff o Chopin pero que en frecuentes ocasiones halla en Janis Joplin clímax de emociones, en Jim Morrison espacios de abstracción y en Gardel, Sabina y Norah Jones soledades acompañadas.
Un café o dos, una conversación, o dos o tres, y las que le siguen por mero placer de escuchar una voz o un por qué sin respuestas que ni siquiera son necesarias.
Instantes de nada y de todo a la vez. Momentos de descubrir, reubicar y reflexionar. Cortázar aísla y cuánto hace falta; Pizarnik –mi más reciente- me desprende de a pedacitos tal como lo prefiero –un tanto masoquista, eh…bailarina al fin.
Pero el ballet, desde siempre debe ser la cumbre de todas esos espacios necesarios para escapar y hallar en algún lado la razón de seguir y andar por donde no se sabe mientras que se hace el sendero caminando.
Ahora no pido sugerencias, sólo busco mis métodos, los encuentro y voy discriminando lo que sí y lo que no. Quien lea y quiera compartir sus escapismos personales, bienvenidos sean.
paz. siempre, paz.
Nota:
Escapismo: m. Actitud de quien se evade o huye mentalmente de la realidad.
Escapismo: m. Actitud de quien se evade o huye mentalmente de la realidad.
4 comentarios:
me agarraste escribiendo... mi hermosa bailarina..
... dulce sueños, que tengas buenas noches o madrugadas en este caso.
Berna
Compartimos preferencias en cuanto a los "escapismos"; esas rutas evasivas que solemos tomar cuando se hace necesario darle vuelta al dolor, el hastío o la incertidumbre. Me ha gustado la forma en la que vas desgranado los tuyos, cómo los mezclas y pasas de uno a otro… casi in crescendo. La música, siempre la música... y café: las mañanas sin café son como si no despertara.
Un abrazo bailarina
Mi hojita de abedúl...
Bueno, compartimos el vicio de la lectura y los tés como rutas "escapistas" ideales.
Cuando me agobian muchas ideas, no suele ser fácil imbuirme en el libro. Entonces, y sólo entonces, tejo. Pero ambos escapes se dan en la noche.
En las mañanas no suelo escaparme de nada, sino "sintonizarme" con la música que escojo según el ritmo del día.
El café es porque la boca me lo pide luego del desayuno. Le hace flat aun toque de dulce y amargo con la cremosidad de la leche... y por eso el café.
Tengo taaaaanto tiempo que del vino no sé. Pero casi siempre es para remojar la comida que disfrutamos entre 3 ó 4 en casa de alguien o mi casa.
Lo otro que me evade es la sencilla pero completa caricia de la cobija al arroparme justo antes de dormir. Es como un bálsamo que me aligera las penas. Y sentir el calorcito que se genera bajo las mantas es, para mí, esencial para poder llegar a la evasión última, esa donde la conciencia estorba y el inconsciente reina. ;)
Que tengas un lindo día!:D
Myself: escribiendo es una buena manera de ser "agarrado". vuelve a pasar cuando quieras.
Marichuy: Tan necesarios estos escapismos! luego de haber escrito esto, recordé otros como tejer croché, ir al cine sola, y caminar de noche -si la seguridad de la zona me lo permite- y pues sí, la música...y el café!
Lulú: Cierto que en la mañana hay que "sintonizarse" pero depende de cual sintonía, en épocas caigo en la necesidad de amanecer con noticias, hasta que me agobian y y surge la época de amanecer con música...hasta que recuerdo que debo saber lo que pasa en el mundo y vuelvo a la época noticias...y asi voy. Sintonizándo... ¿Pero cómo es que usted no sabe desde hace tiempo del manjar otorgado por el gran Baco? Debe ser remediado pronto!
Salud & Paz!
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