Giselle es un ballet de estilo romántico, que fue estrenado en 1841, en una época en la que los ballets románticos estaban en boga. Para los que poco entienden del tema, el romanticismo es un estilo particular y a veces difícil de lograr para quienes lo interpretan, y aunque la danza evoluciona en esta época contemporánea, este estilo posee algo de magia, algo que realmente lo hace único y especial.
El segundo acto del ballet Giselle demuestrael romanticismo en su purísima expresión, y en esto han insistido con mucho énfasis las maestras cubanas.
El estilo lo es todo en este ballet.
Claro está que técnicamente es exigente y requiere mucha resistencia, pero si el estilo no se adquiere e interpreta, no importa qué tan alto suban las piernas o por cuanto tiempo se puede sostener el balance en el arabesque.
Debo admitir que me enamoro de cada ballet que bailo, pero a medida que conozco más Giselle, su coreografía, su música y sobre todo su razón de ser, me enamoro aun más.
Quien me conoce sabe que soy poco romántica en la vida, en parejas, en ideas...pero me he hallado encantada con este baile romántico.
A veces me pregunto si mi necesidad de romanticimo (si eso existe) encuentra un camino de salida a través de la danza, en esos momentos en los que la música, la historia, los movimientos y los detalles me erizan la piel y me trasladan a algún lugar fuera de este mundo material, a un lugar donde mi alma baila...como las willis.
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