30 julio, 2010

Vous voulez danser avec moi?

De pronto me llegó esta frase vía marichuy:
"La vie est un ballet; on ne le danse qu'une fois"
Es un proverbio malinké, y es así.

Son días, semanas -unas más largas que otras- de entrenamiento, de clase diaria, preparando el cuerpo para cada ensayo, repitiendo los movimientos tantas veces sea necesario, escuchando la música, desarrollando un gesto, estudiando la colocación de la mano, y la dirección de la vista. Una y otra vez.

Pero el momento que se pisa el escenario es único y en definitiva irrepetible. Lo estudiado y ensayado se resume y muestra sobre las tablas dentro de las fronteras que el tiempo brinda. Lo que allí sucede, no vuelve a ser. Nunca igual.

La danza juega con el tiempo.
¿O es el tiempo con la danza?

Los movimientos se desarrollan en pocos minutos, y el arte se refugia en la joie de danser que como artista nace en uno mismo con el escenario. De allí la decepción de una ejecución poco satisfactoria -según criterio del propio bailarín, quienes solemos ser autocríticos en exceso- y la placidez de la actuación bien realizada.

Mientras vacilo entre teorías creadas por mi propia vivencia y convicción, me percato -y de nuevo, gracias al proverbio antes mencionado- del parecido de la temporalidad de la danza, con la temporalidad de la vida misma. 

Lo que sea que ocurre en este escenario por el que andamos cotidianamente, sucede sólo una vez. Y es sólo esa vez que tenemos la oportunidad de decir, gritar, compartir, besar, llorar, reír... Porque la próxima ocasión, es simplemente otra, con diferentes circunstancias y distintas emociones.

De la misma manera, sólo se baila una vez.


paz.-

5 comentarios:

[ berna ] dijo...

y por qué es que yo no escucho lo que escribo?

marichuy dijo...

Berna

Creo que es un juego en ambos sentidos: el tiempo juega con la danza; pero esta también juega con él: la danza es capaz de detener el tiempo, de abrirlo de transportarlo.

Ese proverbio me gusta, entre otras cosas, justo por lo que mencionas: porque su alcance va mucho más allá del mero ámbito del ballet. La vida es como una danza que sólo bailamos una vez. Y no tenemos más que esta vida, esta que a veces pesa tanto que dan ganas, como bien apuntabas, de cambiarse de planeta y que aún así, hay que seguir bailando y de ser pasible tratando de engañar al tiempo

Te dejo un beso y desde acá, torpemente te acompaño con un pas deux.

Lulu dijo...

jajajajajajajajajajajajaja... Mi niña!!!

No escuchas lo que dices porque somos como las cuevas: siempre tenemos escondidos tesoros, maravillas, animales, secretos... y tenemos un eco portentoso que nos repite tanto las cosas que a veces se solapan, se anulan y se nos olvidan. Al fin y al cabo, el eco sólo dura instantes.

Nos dura instantes esa lucidez. No te has dado cuenta? Y cuanto más personal sea el asunto a resolver, más nos enrrollamos...

Que la vida es un ballet (también cuando le leí esa a Miss Marichuy por su casa, carachas, que pensé lo que tú!) y nosotros somos cuevas. Que no se te olvide ni una ni otra!!

Te mando un abrazo enorme y a ver cuándo nos vemos para ver tu (otro) corte nuevo!!

Lulu dijo...

Por cierto... el ballet que bailamos como vida es un asunto individual. Todos bailamos una vez, a nuestro ritmo, como podemos... y todos bajo la luz de los reflectores.

Pero todos, absolutamente todos, bailamos buscando ser mejores, buscando sentirnos mejor. Bailamos buscando la luz interna de cada uno.

De eso hablé una vez en la entrevistica aquella que me hizo el lindo de Potter, te acuerdas?

Abrazotes, corazón.

[ berna ] dijo...

Bailamos hacia la luz...
Gracias Lulú