02 abril, 2009

¡Abracemos!

Clau está lejos, geográficamente digo; Valen también, dimensionalmente claro. Y aunque tengo ya mucho tiempo sin verlas, aun recuerdo la sensación de sus abrazos.
La última vez que las vi, ambas se despidieron de mi con uno y puedo aun sentir aquellos abrazos gracias a la memoria corporal. La mía.
Clau los pedía, sin pena ni cuentas. Valen los recibía, sin preguntas ni vergüenza.
Con ellas entendí la fuerza de unos brazos que dan y reciben, la necesidad y el placer del contacto, del calor, de lo que puede llegar a transmitir y transformar un simple abrazo.

Sin querer ni saber cómo -como muchas veces me pasa en mi relación con internet- llegué a un video, luego a una página, luego a otro video y en fin a todo un movimiento que empieza aquí www.abrazosgratis.org

Me pareció simpático pero también hermoso. La mayor parte del tiempo, estamos tan ocupados que no nos damos cuenta que hay quienes necesitan de un abrazo sólo para cambiarle el día. Y estoy segura -porque me ha pasado- que la mayoría de las veces no nos percatamos que quienes necesitamos ese calorcito humano somos nosotros mismos.

Sin pena. Sin cuentas. Sin preguntas.
Así aprendí de ellas cómo se dan y reciben abrazos.
¡Y cómo cambia el espíritu, la respiración y el cuerpo!

Todo es energía, nosotros también lo somos y de eso se trata: de usar un abrazo para intercambiar energías. Incluso creo que hasta puedes comprender a alguien.
Por algo existe el Reiki.

¡Abracemos!

3 comentarios:

Karla dijo...

te quiero abrazar pero estas lejos.

[ berna ] dijo...

ya pronto te daré un abrazo, mientras, te lo envío en los sueños con esa luna hermosa que hoy brilla

La mengana dijo...

lo que pasa es que no a todo el mundo provoca abrazarlo, jejeje :P