Ayer algo me cambió las emociones de estos días.
Voy a ser tía y eso me hace increíblemente felíz.
Hace unos días vi a Valentina, y no pude entender cómo es posible que se puede llegar a querer tanto a un ser que cuenta con pocos meses de edad y que apenas conoces. No entendí, pero así lo sentí y en cuestión de sentimientos, realmente no hace falta (o es mejor no) entender.
A veces.
En cuatro meses contados a partir de hoy, estaré ansiosamente esperando que nazca mi sobrina.
Mi primera sobrina, hija de mi hermano, mi sangre también.
Hoy supe que era ella. Sista siempre supo que era ella. Yo no quise pronosticar pero debo admitir que para ser la primera me hace aun más felíz que nazca mujer.
Y virgo, de paso. Como su mamá y como ésta, su tía.
Alegría inmensa para su papá…y quizá un poco de karma también.
Yo sé por qué lo digo. Mi niña bella también lo sabrá en unos años.
También lo saben mi hermano y quienes con nosotras se han metido.
Ya sé que será mujer. Re felíz me hace (cuestión de géneros).
Lo único que pido es que pronto definan el nombre.
Mientras tanto, conseguiré las pantaletas “churuguareras”, los lazos y el traje de baño morado de bolas amarillas.
paz.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario