03 noviembre, 2009

Tierra de grandes

Hace dos días estaba en una ciudad bastante impersonal llamada Rivera, la cual está compartida entre Brasil y Uruguay, gracias a la frontera que la divide. Una ciudad de compras, nada que me interese. Solo fueron dos días allí, lo suficiente para llegar, descansar del largo viaje, bailar una función -que resultó ser excelente- y alejarnos de allí para ir a Montevideo.
Ahora estoy en la capital uruguaya, en la ciudad de Eduardo Galeano y cómo quisiera contar más cosas pero entre el tiempo, el horario contado y el cansancio no he podido dedicarme a esto.
Ansiosa por llegar a esta ciudad me sucedió algo lindo.
En el camino entre Rivera y Montevideo -unas ocho horas de viaje- paró el bus en la carretera en un pequeño restaurant sin nada especial, en medio de una carretera larguísima, en medio de una larga jornada entre las pampas uruguayas, podría decirse que en medio de casi nada, o de lo mismo. Allí comimos lo suficiente para continuar el viaje hasta nuestro destino.
Al montarme de nuevo al bus le pregunté al conductor cómo se llamaba la zona.
"Esto es el Paso de los Toros".
Yo, perpleja me doy cuenta. Paso de los Toros.
El lugar que vió nacer a Mario Benedetti.
Lamenté no haberlo sabido antes. Montada en el bus y a través de la ventana, más adelante vi el pueblo de Benedetti con la satisfacción escasa de haberlo caminado un rato aunque sin saberlo, y con la nostalgia de haberme quedado un rato más. Una cuota de su inmensa energía que aun vibra en este mundo estaba allí, la de su origen. Fue lindo haberlo sabido y haberlo visto aunque sea de paso.
Qué satisfacción esta la de estar y bailar en la tierra de dos viejos de los GRANDES.

paz.-

2 comentarios:

[ berna ] dijo...

y cuando salí no pude evitarlo... tengo ahora para mi biblioteca "La canción de nosotros" de Galeano y "La borra del café" de Benedetti... sino fuera por el peso que voy a tener que pagar al regresar a ccs, me compro muuchos más...están baratos! :)

Lulu dijo...

Allá? Los libros?
Cuestan casi lo que un té.
Esos somos nosotros, los que no leemos, los que hacemos de la lectura un lujo. Y tener una biblioteca es una fortuna...

Yo dije que para Argentina me iba a llevar un pantalón, tres camisas y dos suéteres. Incluyendo en esa cuenta el pantalón, la camisa y el suéter que llevara puestos. Y la ropa interior.

El resto de la maleta? Vacío.

Es que, para qué llevar más? Todo se lava y se seca cómodamente.

Y el resto de la maleta me lo traeré lleno de discos, de libros, de recuerdos.

Que los recuerdos ni pesan ni pagan impuestos!

Un abrazo mi bella... y qué lindo todo lo que estás viviendo! Algo del alma del Benedetti te llamó... sino, seguro ni hubieras preguntado el nombre del sitio!

Un abrazooooote!!