A mis mujeres

Hoy pensé en ustedes, todas las que han pasado por mi vida y han dejado en mí un pedacito de sus almas.
Unas desde hace muchos años, otras de hace menos, pero cada una con un toque y un sabor especial que las hace únicas.
Y es precisamente eso lo que me enorgullece de mi género.
Que somos capaces, emprendedoras, soñadoras, amantes, visionarias y dispuestas a degustar de la vida todo lo que nos ofrece. Todo en un solo cuerpo. Todo en un sólo espíritu.
A ustedes, que me han brindado sus oídos, sus palabras, sus manos, sus lágrimas, sus abrazos, sus regaños, sus libros, sus mentes, sus experienciencias, sus vidas.
Hace unos días disfrutaba de una amena conversación con dos y de pronto apareció sin pedírselo otra que me llamaba desde lejos. Allí estaba, con mujeres de diferentes épocas de mi vida unidas en una mesa como si algo o alguien me quisiera decir: "mira lo que te he regalado".
Según leí hace un tiempo, una tiene amigas para todo y para algunas cosas, y a todas las quieres y las necesitas por diferentes razones, aunque también sean ellas quienes necesiten de ti. Cada día me convenzo más de que las personas llegan a nuestras vidas en los momentos que tienen que llegar y asimismo se van. Pero cada una de ustedes ha dejado en mí una pizca de su encanto que me ha permitido crecer, sentir y vivir como la mujer que hoy soy.
Ya sea que ya no estén, o estén lejos, o las vea todos los días, o estén de vez en cuando, o simplemente estén, sepan que en mi espíritu permanece latente el hecho de que son importantes, pues ya que nadie nos comprende, tratamos de hacerlo entre nosotras mismas.
Y aun así, parece que casi nunca tenemos éxito.
Hoy tuve un día fantástico con mis mujeres de la universidad. Y aunque cada quien enrumba sus propios caminos, es fascinante como podemos volver a coincidir y crecer en esos reencuentros.
Lejos o cerca, admito que las necesito pero no por eso las quiero, sino por los seres extraordinarios que son.
¡Felíz Día de la Mujer!

paz.-