22 abril, 2010

Bailarina otra vez. Journal post-operatorio VII - día 65

"Temprano", como todos los días, me desperté con entusiasmo.
Sí, definitivamente era un día esperado.
El "hola berna" estaba incluso más lleno de alegría sabiendo que ese, con todas las esperanzas puestas, era el último de aquella tanda de sesiones. Eve fue como siempre excelente en su trato conmigo y con mi pie, pero me confesó que me extrañaría aunque le alegraba que lo próximo que ocurriría era verme bailar.
Me arriesgo a decir, que esa mañana tuve la sensación similar -guardando las enorme diferencias- de la última clase de ballet del año en pleno Cascanueces.

21 de diciembre. Respiré profundamente y empecé. Sabía que sería mi última clase del año y quién sabe por cuánto tiempo. Así que una parte de mi sentía la nostalgia de terminar la temporada, de dejar la barra por unos meses, mientras que en la otra me poseía la placidez de poder descansar de tanto trabajo y aquel dolor innecesario que ya había sido suficiente.

Terminé mi terapia número 25 y no cabía en mi la alegría y satisfacción de haberlas finalizado bien. Pero esperaba el decreto final de la fisiatra quien con tranquilidad y sin titubeos me dejó libre de otras sesiones de fisioterapia y con el permiso pleno de empezar a trabajar.
Pero con cuidado, el cuerpo te irá diciendo lo que debes hacer.

Así que en pocos días iniciaré mi nueva y ansiada relación con mi tobillo, con mi cuerpo, con la barra. He aprendido a escucharme, a tener paciencia, a no dejarme vencer. Llegó la hora de demostrar si es cierto todo eso que (digo) aprendí y recordar la sabroso de danzar. Poco a poco!

El proceso será como deba ser. Así me lo dije incluso antes de la cirugía, sin apuros para no tropezar, aunque las ganas de sentir las puntas en mis pies me tientan sin recato.
Pero como ya lo aprendí, no me dejo vencer.

Empieza esta bailarina a intentarlo otra vez!

paz.-

15 abril, 2010

Desde aquel tango que me regalaste

No fue al primero sino al segundo año cuando me percaté que dejé de regalarte cosas para que me las regalaras tu a mi. Dejaron de ser objetos envueltos en papeles escritos con letras hechas a marcadores y recortes de revistas pues nunca tenía dinero suficiente para darte lo que te merecías hasta que un día me vi en la obligación de dejar de pensar qué regalarte. Sucedió entonces que te tomaste el descaro de regalarme a mi. ¡Cómo si te lo hubiera pedido! Pero no hizo falta, porque realmente a veces las palabras no eran necesarias y este fue uno de esos casos.
Sabías que tardaría en darme cuenta pero que lo haría de todos modos, y te agradezco que has sabido esmerarte en dejarme contenta este día del año.
Tus regalos me otorgan justo lo que necesito en ese momento, lo que me hace o me hará bien, y me incitan a pensar todo lo que he recibido de ti aunque no estés aquí. Siempre me dejas una tarjeta firmada, con detalles del por qué tal presente, que lo disfrute, que lo sepa apreciar y me recuerdas cada año que debías irte pero que no me has dejado sola, que a mi lado hay gente que he encontrado para seguir, para vivir, para compartir esas cosas que sólo compartía contigo. No creas que se me olvida todas las veces que mirándome a los ojos me convenciste de lo bien que estabas y que yo debía quedarme tranquila y vivir. Y en eso ando, contigo y sin ti. Creciendo y aprendiendo, preguntándome siempre qué hubieses aprendido tú, qué hubiésemos compartido hasta hoy y en los años que siguen.
Quizá secretos, quizá recetas de cocina, quizá hijos.
Hace un año de aquel tango y aquel vino y aquella compañía.
Hoy me recuerdas las mujeres que están conmigo y me dejan con ese aire de alegría similar al que respirábamos entonces.
Me “malacostumbraste”, ahora espero regalos para mi el día de tu cumpleaños.
El de este año, como siempre, me encanta!
Feliz cumpleaños.
Te quiero cabeza de tuerca.

12 abril, 2010

Good news. Journal post-operatorio VI - día 55

Era un teatro distinto parecido a aquel de Salto pero distinto; mucho más grande, no tenía buena iluminación, su luz tenía un tono ocre y el olor de la sala era una mezcla de humedad y aserrín. Pero no era desagradable ni el ambiente ni el olor.
Ellas completaban casi la hora de ensayo mientras que las tablas se quejaban debido a los años, pero soportaban aquellos saltos como agradecidas por mantenerlas vivas. Yo observaba, puntas puestas, el lugar que debía ocupar, los pasos que debía dibujar, escuchaba los compases que debía explicar. Luego, ella bajó caminó hasta mi, me tomó de la mano y subiendo unos cinco escalones estaba sobre el escenario.
"Entra ahí, tú sabes lo que debes hacer" - y lo sabía, me lo decía, pero incluso los propios errores y defectos se involucran en nuestros sueños, y en este caso la terquedad y la curiosidad se juntaron para experimentar mis tobillos con las puntas mientras marcaba los pasos.
Y molestó.
¿Y si sabía lo que debía hacer, por qué no lo hice?


Día 55 y se siente fuerte.
No perfecto y no lo pretendo a menos de dos meses de la cirugía, pero poco menos de casi perfecto. Good news. Bonnes nouvelles. De 15 más que debí continuar, llevo cumplidas 9 terapias, en las que los pliés se logran con dificultad grado 1 y los relevés se hacen con dos y una pierna. Plus bonnes nouvelles. Aun no corro, ni salto pero sigue la paciencia merodeando y bienvenida, además "yo se lo que debo hacer" y eso es no apresurarse.
Algo que he entendido durante este proceso es que me satisface y tranquiliza darme cuenta que siempre tengo un modo de saber qué hacer y por dónde ir.
Quizá la fuerza que he logrado recuperar en mis tobillos viene de otra que la estoy consiguiendo por allá adentro.
Irónico que para eso hacía falta reposo.


paz.-

04 abril, 2010

Se busca sentido

A veces me pregunto cuál es el sentido de este blog.
Empezó por una necesidad de involucrar mi arte, que sólo expreso a través del movimiento, con las palabras. Lo inicié con Giselle, hace casi dos años, luego siguieron otros ballets, otros - roles, otras experiencias, otros escenarios, otras vivencias.
Más tarde surgió la lesión, con la cual aun hoy convivo tratando de sobrellevar el postoperatorio del Os Trígono, consecuencia directa de todo un torbellino de frustraciones, inseguridades y deseos de empezar de nuevo. Empezar bien.

No me había detenido a pensar todo lo que podía aprender con una pausa en mi oficio.
Le tuve miedo, mucho miedo, pero aun así me atreví, un poco por el cansancio de la rabia, del ceder. Me creo una valiente. No se si lo sea, pero de pronto se me viene a la mente que mis letras llegarán a alguien que en el algún momento necesite un empujoncito para tomar una decisión que realmente importa.
¿Operación o No operación? ¿Bailar o No bailar? Era allí el dilema.
Y me sigo preguntando por qué escribo esto.

A veces creo que algún otro u otra colega consternado/a por alguna lesión o situación encuentre en estas líneas un apoyo (como me ha pasado a mi leyendo otros blogs). Quizá sea la razón. También pienso que alguien en este mundo loco de la web consiga interés en las discordantes letras de una bailarina que hace algunos intentos por parecer coherente. Muchas veces sucede que escribo para ser leída por alguien específico, en ocasiones sin saber si llegó el mensaje, sin querer saberlo si quiera, pero deseando el mensaje en el target. Claro. En algún otro trance, simplemente me antojo de hurgar entre las palabras que se mezclan con algunas vísceras que incomodan al respirar.

¿Por qué escribo?
Después de unos años danzando ahora empiezo a pensarlo detenidamente. Aun no está tan claro como "¿por qué bailo?”, pero sigo escribiendo, porque algo sí es seguro, siempre escribo para mí y para mantener en movimiento lo que, pase lo que pase, no dejaré de mover jamás y eso es el alma alborotada de esta mente con ganas siempre de todo, casi nunca de nada.

paz.-

02 abril, 2010

Cambios (v2.0)

Los anhelamos, los pensamos, los planeamos, les huimos, los perdemos, los enfrentamos, nos asustan, nos angustian...
Cambios.
Entre el usual ruido nocturno de mi habitación y el sueño luego de haberle dado una nueva fachada a mis siluetas, no me provoca ahondar en el asunto de los cambios, pero al menos aquí dejo uno que me atreví a hacer finalmente (merci Lulú).
Cambios.
Time of changes.
A veces ni se planean y resultan ser los mejores. Ellos vienen solos, se acercan, los sientes, te preparas y zas! ...pues llegó y no te diste cuenta.
Sin embargo, aunque ya me lo han objetado en varias oportunidades, definitivamente no siempre son para bien.
Vamos a ver como se comporta este cambio de imagen, con mis siluetas, con mi tobillo y conmigo.

Y siguiendo con los cambios, aquí una canción de Tracy Chapman.
Su título, claro está: Change

If you knew that you would die today,
Saw the face of God and love,
Would you change?
If you knew that love can break your heart
When you're down so low you cannot fall
Would you change?
How bad, how good does it need to get?
How many losses? How much regret?
What chain reaction would cause an effect?
Makes you turn around,
Makes you try to explain,
Makes you forgive and forget,
Makes you change?
Makes you change?
If you knew that you would be alone,
Knowing right, being wrong,
Would you change?
If you knew that you would find a truth
That brings up pain that can't be soothed
Would you change?
Are you so upright you can't be bent?
If it comes to blows are you so sure you won't be crawling?
If not for the good, why risk falling?
Why risk falling?
If everything you think you know,
Makes your life unbearable,
Would you change?
If you'd broken every rule and vow,
And hard times come to bring you down,
Would you change?
If you knew that you would die today,
If you saw the face of God and love,
Would you change?