Mañana parto.
Luego de caminar Santiago y la hermosa Valparaíso; luego de entrar en los espacios íntimos que una vez fueron de Neruda; luego de oler las uvas de los futuros Cabernet Sauvignon de Concha y Toro; luego de ver en el mismo centro cultural exposiciones de Kahlo, Rivera y Parra; luego de disfrutar las montañas que forman la imponente Cordillera de las Andes desde el balcón de mis amigos; luego de vinos, risas, empanadas de pino y una experiencia increíble, salgo para Francia.
En algún momento lo decidí y allá voy... La Belle France!
La metéo me dice que voy a pasar mucho frío, algunos amigos que me resultará muy cosotoso, otros que les traiga esto o lo otro, mi madre que lo sume y tenga cuidado, mi padre que llame y escriba y que Dios te bendiga, mis colegas que me arriesgue, mi amiga que te voy a extrañar, mis amigas que lo disfrute y vuelve pronto y nos cuentas.
Quizá tengan razón y deba escucharlos, quizá no. Sólo se que voy buscando lo que no sé, lo que desconozco, lo que quiero y lo que persigo desde hace tiempo.
Calentaré mis fríos huesos con emociones, museos, temores vencidos y ganas de aprender. Me costearé lo que no alcance con latas de atún, arabesques y el espíritu de los teatros. Tendré cuidado de no perderme nada de lo que la Ciudad de la Luz me ofrezca. Me arriesgaré a vivir, a crecer, a extrañar sin sufrir, a volver con buenas nuevas, buenos recuerdos y contarlos.
Debí empezar antes esta situación que tengo de no pensar en más nada que en París las últimas dos semanas... pensando en declararle mi amor a la Torre Eiffel(con una crepe de nutella en mano, por supuesto)
Ya pronto lo haré...falta poco.
Evidentemente...no logro dormir.
paz.-
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