25 enero, 2009

Aux les Musées!

Ya el miércoles no iba a dejar que las baterías fueran un problema. Respiré profundo y estuve en la obligación de “invertir” 20 euros en un cargador. Eh bueno, al menos habrán fotos. Pero era día de museos y así fueron ese y el siguiente. Luego de la clase coincidí con Carla en el Grand Palais. Entramos a la exposición Picasso et les mäitres que se está llevando a cabo en conjunto con Musée d’Orsay y Louvre hasta el 2 de febrero. ¡Bingo, justo a tiempo! Para adelantar ya vi las tres, conclusión: Viva Picasso! Lógico, es Picasso.

Pero debo confesarme rendida. El Musée de L’Orangerie entró en mi lista por una recomendación. Sabía que vería Monet, impresionista cuyo trabajo había conocido en libros. Realmente virgen de sus obras, entré al albergue de Las Nympheas, obras murales que representan simplemente su jardín, su amado jardín. De verdad, no hay manera de describir aquello, ni de entenderlo, ni de razonarlo…sólo de sentirlo y sólo estando allí. Creo que perdí la noción del tiempo, creo que entré en sus colores y sus trazos. Creo que me fui y se me hizo difícil volver. ¿Es un ser humano capaz de crear tan profundas sensaciones en otro ser humano, sólo a través de una obra hecha con sus manos? No lo sé, pero al menos Monet lo hizo en mí, y no garantizo que él haya sido ser humano o al menos no de este mundo. Gracias a ti, por la recomendación.

Después de salir forzosamente de mi trance con Monet, fui al Musée d’Orsay. Más grande este y con gran cantidad de obras. Picasso de nuevo esta vez con Manet, que considero que con su obra se obsesionó, pero él quizá tampoco era de este mundo. Otra sala reunía una colección de obras en pasteles, y otro trance me ocurrió aunque esta vez con pizcas de inocente emoción. Degas y sus bailarinas inundaron una sala. Esas bailarinas con las cuales he crecido cuando de pintores se trata: el “pintor de las bailarinas”. Las mismas que he visto tantas veces en franelas, agendas, bolsos, libros, revistas…allí estaban frente a mi: originales, intactas, pasteles, papel…Degas. La noche estaba hecha, aunque luego me sentí chiquitica frente a “Las puertas del Infierno” de Rodin. Monet y Degas hicieron la noche. Llegué a la cama tarde, cansada y felíz.

paz.-

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