20 diciembre, 2008
Hasta pronto niña!
Una vez más la viví. A ella que me hizo felíz y tan segura de mí. A ella, que dejé me poseyera y a la vez fuese mía y sentía celos si era de alguien más. A ella, quien siendo tan niña e ingenua me ayudó a crecer como bailarina y como mujer. A ti Clarita, gracias por haber pasado de esta manera por la historia que más tarde, de mi vida contaré...o que aquí cuento. Gracias por no salir nunca de mí y por darme la razón una vez más que cuando quiero algo, lo logro.
Hoy la bailé por última vez por este año, y como lo sentía, la disfruté más que en ninguna otra función. La nostalgia me llegó por un momento que me paralizó en el camerino. Pero ánimo niña que sobra camino por seguir! Hasta el año que viene Clarita mía!
paz.-
18 diciembre, 2008
Tras el telón I
Para el público, el cambio de escena de la Batalla al Reino de las Nieves, es hechizante. Resulta satisfactorio escuchar los suspiros de quienes se dejan impresionar por la metamorfosis de cuando el telón elevándose descubre la Reina de las Nieves danzando con su Caballero una de las melodías más hermosas del ballet.
Pero lo que ocurre detrás de ese telón, justo antes que se levante es aun más increíble. La primera vez que lo viví me dejé llevar por la precisión de los técnicos que forman parte en el proceso, cada uno con su tarea definida a fin de crear una escena de invierno en poco menos de 2 minutos. La rapidez, el método y la eficacia a pesar del escaso tiempo, el humo y las sobras de la intensa Batalla, se dejan colar entre carreras al parecer desesperadas pero bien sincronizadas del equipo.
No todo el trabajo es de los bailarines. Creo que (y que me disculpe mi gremio) si no fuera por estas personas que con tanto trabajo apoyan el nuestro, gran parte de la magia del ballet se perdería. Ellos se lo merecen. Bravo.
Y aunque hoy vuelvo a ser Clara, delante de mi público guardo el secreto de saber lo que sucede detrás de mí, tras el comodín y actúo como si no lo supiera.
paz.-
15 diciembre, 2008
120 minutos
Yo sí y para mí lo fue.
Los nervios no me dejaron dormir la noche anterior, traté de relajarme...respiraciones profundas y todo eso, pero nada funcionó.
La magia comenzó en la clase de Maria Alejandra, ella que pareciera venir de otro plano. Su energía impregnó la sala H desde las 9 am del domingo, y fue suficiente para dejarme llenar por ella y darme cuenta que ya todo lo sabía, que ya lo había trabajado y que lo que tenía que hacer era simplemente disfrutarlo.
La sensación de alegría, de expectativa, de emociones tan antagónicas, no me dejaron hablar cuando me preparaba, pensando que en un poco tiempo debía ser la niña de quien depende gran parte del aura del ballet, quien recibe un cascanueces de madera de regalo, representando todas las emociones que muchos espectadores perciben, o incluso viven, al observar por aproximadamente 120 minutos, un mundo irreal que trata de ser cierto sobre las tablas de la Ríos Reyna.
Ya arriba me entregué. Antes de subir telón escuché mi nombre anunciado en la Sala, y sobre el piso del escenario, me lancé y lo besé y le pedí que fuese mío, y le agradecí al Universo y a mi Dios por esto, porque años atrás era yo quien escuchaba los elencos de la función, como público, proponiéndome que algún día mi nombre sería dicho. "En el rol de Clara: Bernardette Rodriguez". No hizo falta más nada. Subió el telón y me convertí en Clarita.
La fiesta, el Cascanueces, los ratones, la batalla, la transformación... Amé esta escena como ninguna otra.
Como la magia en la cual lo inesperado sucede, cuando aquel muñeco de madera crece y pasa a ser de carne y hueso; mi piel se erizó y a mis ojos se acercaron las lágrimas en un intento de recordarme que allí estaba disfrutando lo que desde hacía mucho tiempo había querido vivir. Las luces, la orquesta, el árbol, Drossel, mi Casca.... el escenario en pleno cobró vida debajo de mis pies y subió por mis tobillos, rodillas, cadera, cintura, pulmones, corazón, cuello, boca, nariz, ojos, hasta llegar al alma donde fui (sin éxito en la búsqueda de una mejor expresión) plenamente felíz.
¿Fallas? sí, algunas. ¿Cosas que mejorar? un montón. Pero aunque suene a cliché, no hallo palabras para describir lo que mi espíritu vivió durante esos 120 minutos. Quizá en una próxima vida consiga las frases que lo expresen exactamente.
Si la felicidad es temporal, la sentí el domingo; si es un estado mental, trataré de recordar siempre que sí pude, que sí puedo y que sí logro lo que deseo. Porque lo escribo, porque lo veo y sobretodo, porque lo bailo hasta el último nervio, hasta el último cabello, hasta la última fibra y hasta el último vestigio de razón y sentimiento.
Fui Clarita y mañana seré ella de nuevo, cada vez mejor. Cero nervios esta vez.
paz.-
13 diciembre, 2008
mañana Clarita
hoy realmente no estoy inspirada, o mejor decir, sí lo estoy pero mi cuerpo no deja que mi mente funcione lo suficiente como para redactar algo que tenga coherencia y sentido...
mañana Clarita, mañana Clarita...
la que habia esperado, por lo que he trabajado....y bastante...
mañana Clarita, mañana Clarita...
porque la merezco, porque se apoderó de mi...
porque la disfrutaré en todas sus sensaciones...
mañana Clarita, mañana Clarita...
mucha mierda para mí!
p.d.- ya luego postearé!
paz
11 diciembre, 2008
Encontrando mi Clara
Ensayo general, aunque aun en la H, pero fue el ballet completo.
Resulta complejo y a la vez divertido, estudiar cada detalle, cada reacción, cada gesto que exterioriza una jovencita de aproximadamente 12 años, sin dejar que éstos se vicien con mis propias reacciones o gestos.
Sin embargo, lo que mejor sentí de aquel ensayo, y más allá de sentirme niña, fue el hecho de sentirme mujer. Mujer con ganas, con metas, con valentía, con orgullo, con agallas para demostrar a través de mi arte lo que soy capaz de hacer, lo que aun me queda por dar. Mujer con fortalezas que me ensalzan, mujer con debilidades que me despiertan, mujer bella, mujer capaz, mujer decidida, mujer luchadora, mujer segura, mujer de visión, mujer con futuro....mi futuro....mujer...yo.
Es costumbre que como bailarina, venga a mi mente una y otra vez el ensayo realizado, pensando una y otra vez en que hice bien, que no y que debo mejorar. Creo que despues de mucho pensar y repetir varias veces en mi cuerpo y mente lo que hasta ahora he aprendido en este papel, llegué a darme cuenta que más allá de Clara, está ésta quien queriendo ser niña es mujer con ganas de crecer sin perder la sensibilidad que impregna la infancia, esa que me dijeron trato esconder sin hacerlo bien.
03 diciembre, 2008
Clara, Clarita
O mejor dicho, Clarita, la niña no tan ingenua que descubre mundos increíbles con un Cascanueces.
A ratos me ha resultado difícil esto de interpretar el papel de Clarita.
¿Cómo recordar la primera vez que sentí "algo" por un niño, que tambien se fijó en mí, y con quien debí haber actuado de una manera inocente y emocionante a la vez?
¿Cómo reaccionar como una niña ingenua y alegre, que descubre una pizca de amor por primera vez, cuando mi alma ya ha andado un cuarto de siglo por este mundo?
Tantas cosas que vivimos y tan difícil a veces recordar sentirlas.
Por eso soy artista.
En un ensayo de la escena de la batalla en el que muchas niñas de entre 7 y 10 años interpretan ratones y soldados en plena pelea, pude deleitarme con su orden en la coreografía aprendida, su obediencia para con su maestra, sus uniforme impecables.
Bailarinas al fin. Yo fui así y así crecí. Zapatillas y medias rosadas, leotard negro y el cabello recogido de tal manera que jamás se despeinara (cuestión que, debo decir, luego olvidé).
Pero me sorprendió caer en cuenta que cuando se es artista, no importa la edad ni el tamaño, se nota.
Yo lo soy, o al menos me cosidero así. Viéndolas, observé que ser niña no es simplemente ser ingenua y juguetona. Es ser adulto pero en diminuto, es crecer con los ojos despiertos a una vida de adultos, pero con la rica y envidiable inocencia de la infancia.
Quiero ser esa Clarita, la que es lo suficientemente niña como para sumergirse en ese sueño de ratones, nieves y esencias; pero lo suficientemente inteligente como para no olvidar jamás que aunque crezca, debe seguir soñando y sintiendo (o al menos recordando) lo que alguna vez sintió.
26 noviembre, 2008
Para ti, Valen.
Hoy en la clase lo comprobé, es otro aire.
Todos los días, antes y durante la barra, repiro profundamente y seguido. Para mí, resulta una manera de calentar mis pulmones, mi corazón, mis músculos, mi mente y mi espíritu. Y darle ánimo a mi cuerpo para un nuevo día. Parece raro, pero me funciona.
Sin embargo, desde ayer me di cuenta que respiro otro aire. Valentina nació, y quizá sea por eso.
Me movió hasta algunas fibras desconocidas por mi, ver una criatura tan pequeña con la perfecta capacidad de repirar, sentir y amar. Las mismas que tenemos los adultos, las mismas que nos permiten precisamente eso que ella apenas empieza a experimentar: vivir.
Sea ella un regalo de Dios o de la Valen que de lejos nos mira, pero yo de verdad no puedo explicar con palabras la alegría que genera un ser humano tan delicado, diminuto y vulnerable.
Este es un complicado y hasta cochino mundo, pero bienvenida seas Valentina a éste, el que tambien es hermoso y sorprendente. Como la vida misma, como tú.
Desde hoy repiro nuevos aires, los que en estos días me han recordado la Valen que se fue y la Valen que llega. Gracias la una por haber existido, gracias la otra por ahora existir.
Ahora caliento mejor mi corazón y mis músculos, y así entrenar mejor mi alma.
paz.
12 noviembre, 2008
LLegó el Casca!
Pero debo escribir.
Aun no entiendo, cómo es que llegó el mes de noviembre, pero llegó, y el año (ya casi) acaba.
Recuerdo mi alegría el año pasado cuando para estas fechas ya ensayaba Cascanueces de Nebrada. Mi primer Casca en el BTC. Y lo viví con tal orgullo y faena, pues el diciembre anterior había decidido que allí estaría al año siguiente. Y allí estuve....y aquí estoy hoy.
Aun no puedo creer que ya ha pasado un año, de ese momento que dejó en mí un sabor dulzón de esos que te dejan con ganas de más; con unas ganas de querer seguir bailando y querer seguir disfrutándolo.
Este año, son nuevos roles, nuevos retos, más trabajo, y el mismo Cascanueces.
Ese ballet que llega justo cuando para los demás llega la navidad.
Y lo que además disfruto es que mientras para el colectivo esta época implica regalos, salidas, gastos, adornos, compras (nerviosas dicho sea de paso)... para mí quiere decir teatro, ensayos, Clarita, ensayos, ensayos, ensayos...
La navidad siempre la he disfrutado (mientras no me vea en la obligación de ir a un centro comercial) pero ahora la disfruto aun más, porque simplemente mi navidad es El Cascanueces.
Y aquí voy, a vivirlo felíz una vez más.
paz.
26 octubre, 2008
Bailando en los Médanos
Videodanza.
Se trata de la creación de videos en los cuales el tema principal es precisamente eso: la danza. Así de sencillo. Aunque no realmente, pues como suele suceder; mientras mejor conoces algo, te das cuenta lo mucho que aun falta por aprender.
Disfruto la fotografía y de ello, un día, hablé con Walter. Me comentó acerca de su experiencia en el área audiovisual y de su dedicación al videodanza. Sus trabajos y sobretodo su visión, me parecieron interesantes y quise conocer más. Luego de unas semanas me hizo partícipe de su nuevo proyecto: Médanos.
En el mes de agosto, nos fuimos a esta (debo decir) hermosa y desértica geografía en el estado Falcón, a grabar el videodanza en el que tres bailarines se mueven en tres diferentes lugares de esta región. El Cabo San Román, las Salinas de Cumaragua y por supuesto, los Médanos de Coro fueron los escenarios. Yo, en la cámara, descubriendo esta interesante mezcla de medios audiovisuales y cuerpos en movimientos.
Danza y fotografía. Danza y video. Danza y naturaleza. Qué atractiva combinación esta, en la que se experimenta con dos artes que mucho disfruto.
Walter tiene su espacio en línea: Vdanza.blogspot.com
A través del cual expone sus trabajos, sus logros (como su reciente participación en festivales latinoamericanos); con el propósito de divulgar este género.
Médanos fue para mi, no sólo una linda experiencia con gente talentosa, sino también un buen comienzo. Invito a que lo vean.
paz.
25 octubre, 2008
¿Que hacer cuando lo que no iba a ser, es?
¿Qué significa vivir el presente?
Vivir oportunidades… eso debe ser una de las facetas de “vivir el presente”.
Lo interesante y a la vez desconcertante, es que no se sabe cuando llegan las oportunidades y simplemente debes estar preparado para ellas. A eso yo le llamo suerte, no al concepto que se le ha creado.
Hace poco, una increíble oportunidad se le presentó a una talentosa cantante en la reciente producción de una ópera. La intérprete del papel principal tuvo un percance que le originó a ésta otra, la posibilidad de ser la estrella de la noche. Y que bien lo logró. Para sorpresa de muchos y escépticos ojos.
Lamentable y a la vez afortunadamente, en el entorno artístico, la desdicha de unos es la ventura de otros. Tienes tu chance, si lo pierdes será de otro; por eso dicen que una oportunidad nunca se desperdicia, siempre existe alguien que la aprovechará.
Ese ejemplo, de estar preparada para la situación más inesperada, como el caso de Giovanna, me ha hecho a pensar si realmente hay que esperar por las oportunidades o, ¿acaso no somos nosotros quienes debemos buscarlas, perseguirlas, alcanzarlas?
¿Qué hacer cuando sientes que las oportunidades no llegan? ¿Dónde se buscan? Llegan, tienen que llegar, y hay que estar preparado. Si no llegan, si no es, si no te convenía, igual aprendiste, igual viviste un episodio en tu vida que te permitió crecer, vivir, descubrir otras cosas. No creo en el tiempo perdido, si lo que hiciste lo hiciste por tu propio beneficio, como artista o como ser humano.
paz.
13 agosto, 2008
De la muerte de Giselle
A las 4:05pm terminó la última clase que por esta temporada recibíamos de los maestros cubanos. Javier Sánchez dirigió el calentamiento de despedida, que aunque fuera eso, un calentamiento, no dejó de ser una hora llena de conocimientos y concienciación plena en pro del propio cuerpo y mente, en cada ejercicio.
"Gracias muchachos" dijo, y todos aplaudimos con todas las ganas que teníamos de agradecerles, de desear que se quedasen más tiempo, de que esa energía transmitida durante la clase se mantuviese no sólo para la última función, sino por siempre.
Fui "amiguita" de Giselle una vez más y lo disfruté como nunca. Me sentí campesina, ingenua y felíz de bailar...ah, si...eso lo hago siempre. Sentí la angustia de Giselle y su locura. Sentí la desesperación de su muerte. Y lo mejor: luego sentí el cambio.
En la historia (obvio) yo no muero, pero debo transformar esa alegría y tristeza plenas que interpreto en el primer acto para convertirme luego, al segundo acto, en un espectro fantasmal que ama bailar y disfruta el hecho de matar hombres sólo porque se lo merecen. Argumento que, valga decir, me encanta; algo creepy, lo reconozco.
Fui Moyna, una vez más y esta vez no sólo decidí disfrutármelo, sino tambien vivirlo. Creerlo.
El traje puramente blanco, el maquillaje tétrico y hermoso, la música brillante e hipnótica, y las otras 20 willis (con la intención de ser) casi idénticas, hicieron del escenario un bosque real en el cual todas las noches salimos de nuestras tumbas para reunirnos a danzar lo que nos faltó por danzar en vida y dispuestas a hacer bailar hasta morir cualquier hombre que se atreva a entrar en nuestro círculo.
La magia fue hermosa y hasta creíble, la experiencia única: los ensayos, las maestras, los bailarines...la gente.
El aprendizaje trasciende, y estoy casi segura, más allá de lo que aun entiendo.
Lo vivido en las salas, en el escenario y en el "Raja" con esta gente quedó en mis venas, en mi aura, en mi mente y esto sí me lo llevo conmigo en vida o en willi.
paz
04 agosto, 2008
Soy Moyna
Domingo 03 de agosto. Seis de la tarde. Preparada para la segunda función de Giselle. La primera fue buena y emocionante, como todo estreno.
Ayer fui Moyna, una de las dos Willis del segundo acto, y sin haberme dado cuenta sino hasta hacía unos días atrás, mi primera vez como solista... ¡en
Como Willi debo ser etérea y fantasmal, correr como si flotara, saltar como si volara, totalmente incorpórea, pero pensando a la vez en brazos, torso, attitudes, cabrioles, assemblés, balance en arabesques…
Sin embargo decidí disfrutarlo, decidí ser
Fui Moyna, en la versión cubana, y lo hice bien: un orgullo para mí misma, otra razón para convencerme de seguir trabajando cada vez más en este arte, como me lo dijeron las luces de la noche.
Yo estaba allí, vestida de Willi, con un logro que recién había obtenido al lado de una Dama de la historia del ballet, y con otras veintiuna bailarinas y dos bailarines con quienes había vivido la experiencia de danzar el Reino de las Willis del ballet Giselle.
Desde el escenario
(escrito el 28/07/08)
He estado lejana del blog, a pesar que en mi mente rondan constantemente las ideas que aquí quiero dejar, pero sin ánimo de justificarme no había podido hacerlo.
Hoy comenzaron los ensayos en escenario y lo que he vivido previo a esto ha sido (y disculpen mi intensidad) hermoso!
07 julio, 2008
Cuestión de Estilo
El segundo acto del ballet Giselle demuestrael romanticismo en su purísima expresión, y en esto han insistido con mucho énfasis las maestras cubanas.
El estilo lo es todo en este ballet.
Claro está que técnicamente es exigente y requiere mucha resistencia, pero si el estilo no se adquiere e interpreta, no importa qué tan alto suban las piernas o por cuanto tiempo se puede sostener el balance en el arabesque.
Debo admitir que me enamoro de cada ballet que bailo, pero a medida que conozco más Giselle, su coreografía, su música y sobre todo su razón de ser, me enamoro aun más.
Quien me conoce sabe que soy poco romántica en la vida, en parejas, en ideas...pero me he hallado encantada con este baile romántico.
A veces me pregunto si mi necesidad de romanticimo (si eso existe) encuentra un camino de salida a través de la danza, en esos momentos en los que la música, la historia, los movimientos y los detalles me erizan la piel y me trasladan a algún lugar fuera de este mundo material, a un lugar donde mi alma baila...como las willis.
29 junio, 2008
Tratando de ser una willy
Un poco de preocupación me abordaba debido al descenso en el entrenamiento los últimos días, pero creo que ya estoy más que lista para este trabajo.
Mercedes Vergara y Ana Leyte son las maestras encargadas de montar Giselle, coreografía de Alicia Alonso, del Ballet Nacional de Cuba.
De verdad, no lo dudo: toda una experiencia.
Tres días de ensayo han pasado y todavía estamos en el proceso de montaje.
Hasta ahora, ensayos agradables y con una rica energía que transmite Mercedes (con Ana no he ensayado aun). Sin embargo, la necesidad de concentración debe ser plena porque cada detalle, cada movimiento, cada pensamiento debe ser introducido en el cuerpo para adaptarlo al estilo del ballet, como moldeando una plastilina de manera tal que resulte no lo que quieras, sino lo que es.
Mucho trabajo, si, muchísimo. Incluyendo aquello de dolores terribles en los pies, ampollas, dietas, alcachofa, migrañas, abdominales, dolor de huesos y cuidando de no caer en lesiones (no, no, no...eso ni en broma). Pero desde Enero estoy lista para ser una willy, es decir "una campesina convertida en espíritu danzante", así que lo estoy disfrutando desde el primer ensayo y aprendiendo todo lo que pueda aprender.
Mañana, por supuesto, continúan los ensayos.
Yo: lista...respira profundo y felíz.
paz.
08 junio, 2008
en primera posición
Es posible que suene un poco arrogante, pero es así, tengo el mejor trabajo del mundo.
Las últimas dos semanas han sido de muchos ensayos en escenario y funciones, lo cual me convence una vez más que esa mezcla de luces, tablas, zapatillas, escenografías, vestuarios, maquillajes, giros, saltos y muchas y cambiantes energías en un espacio donde por algunos minutos confluyen todos estos elementos en pro del arte, definitivamente me encanta.
Soy bailarina y lo amo. Desde siempre quise serlo.
No es una profesión conocida como tal, al menos no en mi país. Si vas al banco u otro ente a llenar una planilla, en la parte donde seleccionas tu profesión, debo optar por chequear "Otros" ya que en ningún lado la opción de "Bailarina" o en todo caso "Artista", existe. A veces me han preguntado "¿qué haces?" y repondo que soy bailarina de ballet, para recibir respuestas como: "ahh...y ¿qué más haces?" o "¿eso es todo?".
Pero sí, bailo. Y de eso vivo.
No porque sea lo que me paga las cuentas y comidas del mes (que no es mucho decir, por cierto) sino porque si no bailara, sencillamente no viviera. Siguiera una vida monótona, cumpliendo los deberes y las labores que le den una posible razón a mi vida.
Pero bailo.
Porque siento que sin la danza no soy yo.
Porque lo necesitan mis huesos, mis músculos, mi mente y mi espíritu. Porque mis energías se equilibran cuando danzo, cuando estoy en el escenario, o en las salas de ensayo. Porque puedo transformarme cuando me convierto en el personaje que me exigen ser.
Porque mis energías me llenan de ganas de movimientos y de sentir con intensidad a través de ellos.
Bailo, porque sabiendo hacer otras cosas, quiero seguir bailando.
Bailo, porque no vivo para bailar, sino que bailo para vivir. Así sea.
paz.
début
No se que esperaba, hasta que Calzadilla me dijo a través de sus líneas: Escríbelo. Sólo escríbelo...
Creo que así sucede casi siempre con la vida. Esperamos que algo suceda, que algo nos diga cuando es el momento justo. Supongo que (según dicen), ahora siempre es el momento justo. Y no debe ser desacertado. Eso lo aprendí hace mucho tiempo. La vida se va así de rápido sin uno darse cuenta, y es mejor vivir el ahora...bueno si, hay que pensar en el después, pero sin preocuparse por él, que de todos modos igual aparece.
Alguien me dijo una vez que el futuro es incierto, nunca se sabe qué viene con él, así que mejor escribo. Sea lo que sea, salga lo que salga, escribo. A ver que viene con él.